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Los secretos de la pasta de dientes

La primera pasta de dientes de la historia fue ideada por los egipcios hace 5.000 años. La fórmula, muy abrasiva y de intenso sabor, estaba compuesta de piedra pómez pulverizada, sal, pimienta, agua, uñas de buey, cáscara de huevo y mirra. Desde entonces hasta ahora su composición ha evolucionado notablemente: hoy se vende en tubos flexibles (lo inventó Colgate a finales del XIX) y contiene flúor, agentes limpiadores, sustancias antibacterianas, pulidoras, espesantes, conservantes, saborizantes…

El 95% de los españoles de más de 35 años tiene caries, según el Consejo General de Dentistas de España. Este problema bucodental -al que se le suman la gingivitis, la placa, la sensibilidad o el mal aliento, entre otros- tiene solución o, al menos, se puede prevenir con una buena higiene. Las marcas de dentífricos nos venden sus fórmulas patentadas con eslóganes del tipo “limpieza total” o “eficacia máxima” pero, ¿cuál debemos elegir? María José Muñoz, vicedecana de Odontología de la Universidad Europea, no distingue entre las marcas que se venden en los supermercados y las de farmacia. “Todas pasan controles de calidad y están bastante equiparadas. La diferencia está en si la persona tiene algún problema concreto”. Ahí, según la experta, es preferible acudir a la farmacia, donde se pueden encontrar dentífricos específicos como Parodontax (con bicarbonato sódico que ayuda con problemas de encías como la gingivitis o la periodontitis), Desensin (que trata la sensibilidad dental) o Yotuel (a base de peróxido de carbamida para blanquear). En el caso de las cremas blanqueantes, “son más útiles para mantener la blancura de los dientes tras un tratamiento que para quitar manchas”, asegura Muñoz.

Los detractores de los dentífricos comerciales alegan que éstos contienen productos químicos, plásticos que dañan el medio ambiente, conservantes y edulcorantes, entre otras sustancias. “Muchas de ellas son nocivas porque irritan la mucosa oral y merman su capacidad de absorción”, alega Alejandra Llamas, cofundadora de Vita33, que comercializa productos de cosmética natural, entre los que se encuentra Ecodenta. Como ésta, muchas marcas han sustituido los compuestos habituales por productos ecológicos “que realizan la misma función”, afirma Llamas. Algunos de ellos tienen efectos antibacterianos y actúan contra la placa como la salvia, el tomillo, la canela o el clavo. Por otro lado, el propóleo, el lentisco o la mirra protegen las encías y la manzanilla es un antiinflamatorio natural. Estas cremas dentales no son totalmente blancas al carecer de colorantes, son menos espumosas y su sabor lo aportan los extractos de plantas aromáticas como la menta o la clorofila, o frutas como la fresa o el limón. Un buen ejemplo es Homeodent o Ecodenta, cuyo producto estrella es su pasta de dientes negra blanqueadora a base de carbón ecológico.

Otro de los argumentos de los detractores es que el flúor puede provocar flourosis dental u ósea, que afecta a los huesos y provoca manchas en los dientes si se consume en altas dosis. “Las concentraciones de esta sustancia son bajas y poco nocivas, siempre que no se ingiera”, cuenta Muñoz. “En la comunidad científica no hay duda acerca de los beneficios del flúor. Se considera, además, que el hecho de incorporarlo ha reducido la caries entre un 25-35%“, aclara Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España. Para que la pasta sea efectiva, la cantidad de esta sustancia debe ser de en torno a 1500 ppm (150 mg. por 100 gramos de crema).

Desde el punto de vista de la edad, los menores de seis años no son capaces de enjuagarse y escupir, y se corre el riesgo de que se traguen el producto. Por este motivo, “las pastas para niños contienen una cantidad inferior de flúor“, asegura Ameneiro, jefe de producto de Oral-B en España. En el caso de los menores de dos años “es mejor cepillarles sin pasta”, aconseja Castro.

“En la actualidad los componentes usados en los dentífricos cumplen rigurosamente todas las reglas estipuladas de seguridad del consumidor”, afirma Castro, que alerta del uso de “fórmulas caseras” a base de sal, bicarbonato o limón. “El limón se come el esmalte debido a la acidez, y la sal y el bicarbonato son muy abrasivos”, explica Muñoz.

¿Se ha planteado por qué algunos dentífricos tienen rayas de colores? Se trata de una cuestión estética. Su origen data de 1955 con el fin de asemejarlos a bastones de caramelo. Su uso se popularizó en los 60 de la mano de Signal, que sigue incorporándolas a día de hoy.

FUENTE: http://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2017/01/11/586e1ff1e5fdea69288b468f.html

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La evolución de los dientes y del cerebro no fueron de la mano

Tradicionalmente los estudios antropológicos establecían la existencia de una relación entre la evolución del tamaño y forma del cerebro y de los dientes en los homininos. Las teorías clásicas explicaban este vínculo como la consecuencia de que la mayor capacidad craneal de los los antepasados más lejanos del Homo sapiens les permitió crear herramientas de piedra. El uso de esas herramientas redujo la necesidad de unos dientes más preparados para masticar en los homininos.

Sin embargo, estas teorías han sido refutadas por varios estudios que muestran cómo los homininos ya creaban herramientas cuando el tamaño de su cerebro era más pequeño o que el tamaño de sus dientes se redujo después del crecimiento de su cerebro.

Ahora, un estudio de la Universidad George Washington (EE UU), liderado por la española Aida Gómez-Robles, desafía este dogma y muestra que no existe ningún vínculo entre la evolución del tamaño del cerebro y el de los dientes en los homininos.

Los resultados del trabajo, publicado en la revista PNAS, revelan que, mientras el tamaño y la forma del cerebro evolucionó a diferente velocidad en el género Homo, la evolución de los dientes sí que se hizo a un ritmo similar. 

Gómez-Robles comenta a Sinc que “este resultado no es sorprendente si pensamos en la enorme complejidad funcional del cerebro frente a la relativa sencillez de los dientes. La evolución dental en las especies más modernas del género Homo implica una gran reducción que se manifiesta de distintas formas“.

Complejidad cerebral

Según la experta, “en el cerebro el aumento de tamaño está asociado con unos patrones complejísimos de cambio alométrico –aumento relativo de ciertas áreas y reducción relativa de otras– que a su vez tienen consecuencias funcionales más complejas todavía”, destaca. 

El equipo de Gómez-Robles interpreta que esa evolución dental y endocraneal no fue de la mano en la especie hominina y que los cambios se produjeron debido a otros factores ecológicos o relacionados con el comportamiento. 

Aunque el trabajo no ha entrado a estudiar los motivos que puedan explicar esos cambios, la científica se remite a otros estudios para especular sobre esas causas y apunta la hipótesis de que el aumento del tamaño cerebral esté relacionado con cambios en el desarrollo que afectaron de forma muy fuerte a la estructura social y el comportamiento de los homininos. 

“Por ejemplo, los cambios en la longitud de la gestación hacen que los bebés humanos sean extremadamente dependientes del cuidado parental al nacer y que tengan un cerebro muy poco desarrollado al inicio de su vida. Esto se traduce en una organización social en la que los padres invierten fuertemente en el cuidado de los hijos. La interacción de todos estos cambios biológicos, sociales y culturales puede estar asociada con el incremento del tamaño cerebral muy rápido que observamos antes de la divergencia de Homo erectus, neandertales y Homo sapiens”, señala la investigadora.

“En cualquier caso, estas son solo hipótesis que no abordamos en nuestro estudio y que requerirían de otros trabajos para ser probadas”, aclara.

Respecto a la evolución dental más uniforme, el estudio observa que comienza antes del género Homo y continúa hasta nuestra especie. Y sobre una supuesta relación entre esta evolución y los cambios en la dieta de los homininos, Gómez-Robles indica que “aunque siempre es tentador hablar de una relación entre la evolución dental y la dieta, lo cierto es que el ritmo de reducción dental es muy constante y no muestra picos asociados con los cambios dietarios más relevantes”.

Ocho especies analizadas 

La investigación del grupo de Gómez-Robles se basa en el estudio de las tasas evolutivas de ocho especies de homininos, analizando las diferencias entre ellos. Los científicos han medido y comparado los momentos en los que tanto el cerebro como los dientes evolucionaron en las diferentes ramas del árbol de la evolución humana. 

Para realizar el estudio, se han centrado en especies en las que las relaciones evolutivas existentes están claras y son aceptadas por la mayoría de la comunidad científica. Según la autora, se ha dejado fuera a aquellas especies “cuyas relaciones evolutivas son demasiado inciertas y solo permitirían calcular tasas evolutivas que no son suficientemente fiables“. 

FUENTE: http://www.agenciasinc.es/Noticias/La-evolucion-de-los-dientes-y-del-cerebro-no-fueron-de-la-mano

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Dismorfia dental: la obsesión por tener una sonrisa perfecta

thinkstock

Hace 5 años, a sus 32, Nicole Mowbray, decidió hacerse una ortodoncia.

“No estaba realmente obsesionada con mis dientes, pero quería que fueran perfectos“, le contó a la BBC.

“Me puse brackets fijos dentrás de los dientes -un tipo de brackets estéticos conocidos como “Incognito”- que se colocan en la parte interior de los dientes, y por eso son menos visibles”, explicó.

A pesar de que le iban a costar miles de dólares y de que iba a ser un proceso largo (al menos dos años) y, probablemente, doloroso, decidió seguir adelante con la ortodoncia, en el anhelo de lograr la sonrisa perfecta.

Y lo consiguió, aunque el costo fue más alto de lo esperado. Y no solamente en términos económicos.

Durante el tiempo que tuvo los brackets, Nicole sufrió varias heridas y úlceras en sus encías y lengua.

Además, tuvo que someterse a las extracciones de tres de sus dientes, lo cual, asegura, “fue bastante doloroso”, al igual que lo fueron las gomas elásticas que tuvo que llevar para acelerar la correcta colocación de sus dientes.

Pero los brackets hicieron efecto y en un año sus dientes se veían “prácticamente perfectos”.

“Al final del tratamiento, tenía una sonrisa de película y no podía estar más contenta”, dice la británica.

Pero los lamentos, asegura, llegaron después.

Aunque todavía no sabía que lo que realmente sufría era dismorfia dental.

Señales de trastorno dismórfico:

  1. Angustia por un defecto físico menor
  2. Dificultades a causa de la obsesión con dicho defecto
  3. Comportamiento excesivo en relación al defecto
  4. Creencia de que los demás te tratan de manera diferente debido a ese defecto
  5. Petición de un tratamiento innecesario o excesivo para solucionarlo
  6. Insatisfacción irreal con los resultados de los tratamientos y procedimientos, o incapacidad para verbalizar expectativas

Fuente: Academy of General Dentistry (EE.UU.)

Tratamientos innecesarios

“Cuando me quitaron los brackets y me hicieron la última radiografía, descubrieron que tenía reabsorción radicular: las raíces de mis cuatro dientes de la mandíbula superior se habían acortado”, explica Nicole.

“Eso quiere decir que, más adelante, pueden llegar a caerse; es como si se hubieran aflojado, y necesitaré implantes para reemplazarlos”.

Nicole dice que logró la sonrisa perfecta, pero a costa de dejar sus dientes “en una situación peor que cuando comenzó el tratamiento”.

Y advierte sobre los tratamientos dentales innecesarios: “si no están rotos, no los arreglen”.

“Hoy en día todo tiene que ver con la autoconfianza y con cómo te sientes”, le contó a la BBC Uchenna Okoye, directora clínica de London Smiling Dental Group, en el Reino Unido.

“Lo que le pasó a Nicole no es muy habitual, pero en cosmética dental hay un aspecto psicológico. Nadie lo necesita realmente“, agregó.

Blancorexia y otras obsesiones

El mercado mueve millones y cada vez son más los tratamientos de cosmética dental en todo el mundo.

Sin embargo, algunos especialistas aseguran que la obsesión por tener la dentadura perfecta también ha fomentado la dismorfia dental (obsesión con la apariencia de los dientes).

Un ejemplo son los blanqueamientos.

De hecho, la obsesión con este tipo de tratamientos, conocida como blancorexia, puede ser perjudicial para la sensibilidad de los dientes, explican los expertos.

De acuerdo con Tim Bradstock-Smith, de la clínica dental cosmética London Smile Clinic, el número de pacientes que quieren corregir el aspecto de sus dientes está ligado a un aumento de casos de dismorfia dental.

“Hemos observado un incremento en los últimos cinco años de pacientes que nos envían selfies a nuestra página web, preocupados por el aspecto de sus dientes frontales“, le contó el especialista a Nicole, quien trabaja como periodista.

¡Sonrían para el selfie!

La clínica llegó a rechazar el tratamiento a varias personas.

Los expertos dicen que una de las causas del aumento de la dismorfia es el auge de fenómenos como las redes sociales y los selfies.

Efectivamente, Los selfies hacen que los dientes, en muchas ocasiones, se vean más prominentes de lo que realmente son.

“Como los dientes están en el centro de la imagen, la gente quiere que luzcan mejor”, dice Bradstock-Smith.

“Pero tomar las fotos demasiado cerca puede distorsionar y exagerar el tamaño de los dos dientes frontales”, explicó.

“Disuadimos, aproximadamente, a dos de cada tres pacientes cada semana para que no se hagan ningún tratamiento porque, simplemente, no lo necesitan”, le dijo el dentista a Nicole.

Y esta obsesión afecta, particularmente, al público femenino.

Según los estudios llevados a cabo por la Sociedad Británica de Odontología, el 80% de los nuevos casos de ortodoncias en adultos corresponden a mujeres.

“Ir al dentista puede sonar tan simple como entregar el dinero y tumbarte en el sillón. Pero una parte de mí desea que nunca me hubiera metido con mis dientes”, dice Nicole.

FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160323_salud_dismorfia_dental_lb

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Con cada refresco, sus dientes se hacen más pequeños

“Es el peor enemigo de nuestra sonrisa: silente, invisible, nos acecha día y noche. No vemos el ataque y, sin embargo, cada mañana al despertar nuestro diente desaparece un poco más”, asegura la odontóloga Debora Vilaboa. Es el terrorífico guion de lo que el desgaste dental está haciendo ahora mismo en su boca. El estrés tiene bastante que ver: además de fatiga, dolor de cabeza, molestias gástricas, tensión muscular… provoca bruxismo y cambios en el pH de la boca que, como mal menor, hacen que sus dientes cambien de color. Veamos qué es, cómo prevenirlo y qué tratamientos corrigen sus consecuencias.

Las alarmas han saltado. “Que los dientes se desgastaran era hasta ahora un achaque de la edad, pero hoy se ve demasiado frecuentemente en jóvenes. Y hay que frenarlo cuanto antes”, advierte la doctora. “La expectativa de vida crece y tenemos que conseguir una dentición sana, bonita y funcional durante más años”. Nadie está a salvo. Tres de cada cinco adultos padecen este desgaste. Aunque vivan relajadamente o se laven los dientes con fruición: además del estrés, afectan la dieta, el estilo de vida y ciertas intolerancias y trastornos alimenticios. ¿Qué ocurre exactamente? Jaime Jiménez García, experto en implantes de la Clínica Ciro y director de máster de Implantología oral avanzada la Universidad Europea de Madrid, explica que primero se come el esmalte hasta que llega a la dentina, produciendo sensibilidad. “Provoca pérdida de altura de los dientes, en longitud y volumen, haciendo que la sonrisa se retraiga marcando arrugas peribucales (la sintomatología de Popeye) y horizontales sobre el labio superior e inferior. Además de limitaciones funcionales por problemas en la oclusión, la relación entre dientes superiores e inferiores puede derivar en molestias musculares en la cara, cuello y espalda”, añade. Una advertencia más de Vilaboa: la dificultad de detectarlo e interceptarlo mediante prevención. “En determinados casos se produce de una manera lenta y puede pasar desapercibida tanto para el paciente como para el dentista. Y cada milímetro de longitud de diente que perdemos nos hace envejecer diez años”. Si Hitchcock levantara la cabeza…

“Después de tomar un zumo de naranja hay que esperar al menos 20 minutos antes de lavarse los dientes, para no frotar el ácido contra el diente haciendo que se desgaste aún más” (Silvia Jiménez García, ortodoncista)

De nuevo, el estrés

Cuánto puede afectarle el desgaste dental depende de la estructura genética de su diente, del tipo de agresión y de su capacidad de defensa. “Hasta ahora se creía que, sobre todo, era un ataque físico: el que causa el bruxismo [apretar los dientes de manera involuntaria]. Y en ese cajón se metía todo…”, comienza Vilaboa. Ese rechinar nocturno, pesadilla casi más para quien le acompaña en sus desvelos, afecta a un 17% de quienes padecen estrés. “En la clínica lo hemos notado muchísimo, porque de alguna manera gran parte de la población ha sufrido la crisis, lo que ha provocado que los pacientes con problemas de bruxismo hayan aumentado muchísimo. Al apretar los dientes, erosionan y desgastan la dentadura, hasta se llegan a romper piezas”, confirma Jiménez García. Su hermana, la periodoncista María José Jiménez García, detalla: provoca microfisuras y aumenta la porosidad, que favorecen que el esmalte se manche más con vino, té o café, o incluso se fracture.

Utilizar una férula de descarga (molde de material flexible y blando que se erosiona en lugar de su esmalte mientras aprieta los dientes) o formar parte de ese privilegiado grupo que duerme a pierna suelta (poco más de la mitad de la población) solo evita uno de los problemas. “En el desgaste dental es casi más importante cómo afecta el pH de la boca”, avanza Jiménez García. Lo confirma Vilaboa: “Hoy sabemos que, sobre todo, lo originan causas químicas. Internas, por los ácidos del reflujo gastroesofágico, que afecta al 60% en algún momento de su vida, y los que provocan ciertos trastornos de la alimentación o intolerancias alimentarias que cursan vómitos”. El estrés, no desayunar lo que debemos, abrir latas de bebida en la oficina sin parar o creernos deportistas de élite; así como seguir a pies juntillas todas las tonterías que dicen las celebridades en Internet (como beber agua con limón, en ayunas o no, o hacer del vinagre de manzana el nuevo elixir antigrasa), son algunas de las causas que llaman externas o medioambientales. “¿Quién no toma un zumo de naranja por la mañana? ¿Y cuántos están limitando los lácteos? Bebidas isotónicas, carbonatadas, colas… Todas ellas contienen ácido cítrico que provoca un descenso en el pH de la boca y acelera el desgaste”, apunta la odontóloga.

Correr a por su cepillo de dientes mientras apura las últimas gotas del zumo o su refresco favorito es aún peor: “No sabemos por qué nadie dice que después de tomar una bebida ácida, como el jugo de cítricos del desayuno, hay que esperar al menos 20 minutos antes de lavarse los dientes para no frotar el ácido contra el diente haciendo que se desgaste aún más”, añade Silvia Jiménez García, también miembro de la Clínica Ciro y experta en ortodoncia. La recomendación de Vilaboa para contrarrestar los ácidos es: “Si no podemos evitar las bebidas gaseosas, mejor tomar a la vez alimentos. Y si queremos aromatizar la ensalada con limón, poner unas rodajas impregnadas en aceite”.

Las bacterias que viven en nuestra boca también atacan. “El desgaste por erosión ácida puede provenir de la gran cantidad de bacterias que viven en su interior”, continúa Vilaboa. “Bien por falta de mantenimiento o hábitos hay veces que las bacterias se descontrolan haciendo que los dientes pierdan hueso sin parar”, explica Jiménez García. La medicación es otra de las amenazas: “No solo hablamos de las tetraciclinas, que sabemos que tiñen los dientes, sino que tomar más de tres medicamentos al día hace que nuestras glándulas salivales pierdan la capacidad de proteger nuestro esmalte”, precisa Vilaboa.

La importancia de la saliva

“Cada día se produce una sucesión de agresiones que, si superan los mecanismos de defensa del diente, pueden desencadenar un deterioro precoz que conduzca a la destrucción de la dentición. Empezando por el esmalte, responsable de la dureza, la resistencia y el color”, previene Vilaboa. La saliva es la primera línea de defensa de la boca. “Un sistema natural que nos provee de protección, lubricación, humectación, capacidad antimicrobiana, remineralización… Arrastra las bacterias y lubrica las superficies en los constantes movimientos de los dientes”, añade. Traducido, la saliva nos protege de sufrir daños ante gestos tan comunes como machacar las tapas de los bolígrafos o abrir botes con las muelas; de que no rayemos los dientes al mordisquear muslos de pollo o costillas; hace de aduana de la fauna (bacteriana) que entra con los besos ajenos y trata de compensar una higiene digamos… justita.

Qué se puede hacer

Desde la Clínica Vilaboa recomiendan, como medidas de prevención, combatir el bruxismo diurno con la risa y el nocturno con férulas (“miorrelajantes, de descarga o Michigan”); comer mientras beba refrescos, zumo de naranja o limón, café o vino; mejorar la higiene y utilizar aceite de oliva para combatir bacterias (“el aceite impide que el estreptococo mutans desencadene erosión o desmineralización”) y vigilar que la producción de saliva no decaiga (“durmiendo con la boca abierta o abusando del alcohol”). Si se detecta pronto, la solución pasa por remineralizar el diente (y combatir las causas que lo provocan). En la Clínica Ciro se pone una cubeta de flúor de alta concentración, al 1,23%. Si no es suficiente, existen unos barnices de flúor que sellan bien. En casa toca cepillarse con pastas remineralizantes y enjuagarse con colutorios que lleven flúor. “También se pueden aplicar geles como Xerostom, que cubren los dientes con un aceite ayudando a que los ácidos no viajen bien por la superficie”, propone Vilaboa. Y si llegan tarde, siempre quedarán las carillas.

FUENTE: http://elpais.com/elpais/2016/11/29/buenavida/1480430638_776028.html

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Los implantes dentales ya no suponen un riesgo para las personas con diabetes

Uno de cada once adultos sufre diabetes en el mundo. Entre las personas de 60 años o más, la prevalencia se incrementa hasta el doble. Es una de las enfermedades más estudiadas por los especialistas de todo el mundo.La implantología dental en el caso de los pacientes con diabetes presenta un mayor riesgo de padecer infecciones tanto alrededor del diente (periodontitis) como en el implante (peri-implantitis), al no favorecer su cicatrización. Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla está realizando un estudio con el fin de minimizar estos factores de riesgo. Este estudio en colaboración con Straumann, compañía de implantología dental, revela que los implantes dentales de aleación titanio-circonio son los que mayores beneficios presentan para los pacientes diabéticos que se someten a este tipo de tratamiento. El equipo de la Universidad de Sevilla ha querido avanzar los resultados de su investigación coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el lunes 14 de noviembre. Los implantes de titanio-circonio suponen, por tanto, un avance científico en materia de implantología dental que ofrece notables beneficios y ventajas para la salud de los pacientes diabéticos.

FUENTE: http://www.abc.es/sociedad/abci-implantes-dentales-suponen-riesgo-5206166528001-20161111012311_video.html

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El espejo bucal

El investigador y docente peruano Dr. Gilberto Henostroza, comienza esta serie de artículos sobre “tips” dentales” titulados “Ahí está el detalle” con una nota sobre las diferencias que existen entre los espejos bucales.

Sin duda alguna, es el instrumento más indispensable y emblemático de la odontología. Salvo los de superficie metálica (idealmente anodizada por una capa de rodio), generalmente el espejo consiste de un lámina transparente de vidrio o de polímeros, capaz de reflejar las imágenes gracias a una capa de aluminio u otro metal, que recubre bien sea el anverso o el reverso de la lámina.

Esto último es de crucial importancia para la profesión, por cuanto la imagen obtenida con espejos recubiertos en el anverso es mucho más precisa que aquellos que ostentan el recubrimiento en el reverso, característica particularmente importante cuando se reflejan objetos pequeños (un diente, la punta de una sonda). En los primeros, la imagen se refleja en la superficie frontal, mientras que en los segundos debe atravesar todo el espesor de la lámina.

Aunque el espesor de la lámina transparente solo es de alrededor de 1 mm, las diminutas dimensiones a las que trabaja el odontólogo determinan distorsión de la imagen y con ello incrementan el potencial de fallas en los procedimientos.

El modo práctico de diferenciar entre ambos tipos es apoyar la punta de una sonda en la superficie del espejo y observar si “hace contacto” con su reflejo, circunstancia que lo identificará como de reflejo frontal. A menudo este tipo es conocido como de reflejo frontal o también con el anglicismo front surface mirror.

Mi opinión: Vale la pena invertir en espejos de reflejo frontal a pesar de ser algo más costosos, ya que brindan mayor precisión.

* El Dr. Henostroza, experto en adhesión y estética dental, es uno de los principales investigadores del Latinoamérica.

FUENTE: http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/31560_el_espejo_bucal.html

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La irresistible moda de los brackets

DENTAL TRIBUNE

El deseo de llevar brackets entre los adolescentes de países como Tailandia, Indonesia y Camboya es tal, que muchos se sienten decepcionados cuando su dentista les dice que no necesitan un tratamiento ortodóntico.

En muchas ocasiones, esta negativa lleva a niños y adolescentes a recurrir a la nueva moda de los brackets dentales falsos, lo cual se ha vuelto un gran negocio.

El tratamiento de ortodoncia en el sudeste Asiático y el Pacífico ha pasado por un cambio radical de actitud: de ser considerado como una penosa dificultad de la adolescencia, se ha transformado en una declaración de moda y estética entre niños y adolescentes.

Ya sea debido a que los avances tecnológicos han hecho que los aparatos de ortodoncia fijos de hoy en día sean más pequeños y cómodos que nunca, o a la amplia gama de colores de los soportes y componentes ortodónticos, los aparatos dentales están disfrutando de una sorprendente popularidad como una moda en muchos países de Asia.

El fenómeno de los brackets de moda que no tienen ningún propósito médico apareció por primera vez en Tailandia en 2006. A partir de ahí, la tendencia se extendió rápidamente a países vecinos de Indonesia, Malasia y, más recientemente, Camboya. Según el periódico Phnom Penh Post, los brackets falsos se pueden adquirir en línea de proveedores locales en estos países, cuyos kits cuestan tan sólo US $20.

Después de comprar los componentes necesarios, se refiere a los clientes al dentista para la toma de impresiones y adhesión. Sin embargo, incluso si es un profesional capacitado quien realiza el procedimiento, lo cual no es siempre sucede porque muchos dentistas sencillamente se niegan a ello dado que no tiene un propósito clínico, los expertos advierten que se trata de una tendencia muy peligrosa. Por ejemplo, el uso de equipo no esterilizado o adhesivos de baja calidad puede causar infecciones y enfermedades. Además, los brackets falsos exponen a sus usuarios a los mismos riesgos que los aparatos reales de ortodoncia fijos.

Según el Dr. Hok Sim Kor, vicedecano de la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Phnom Penh, los usuarios con mala higiene oral corren el riesgo de desmineralización de los dientes, caries o enfermedad periodontal. Por otra parte, al igual que los aparatos de ortodoncia fijos reales, los brackets de moda pueden mover dientes bien alineados a una posición incorrecta sino se realizan ajustes o exámenes clínicos periódicos.

Entusiasmo en Australia
Los brackets falsos no son todavía una moda en Australia. Sin embargo, la actitud hacia el tratamiento de ortodoncia ha cambiado de manera similar en los últimos años. Un estudio reciente llevado a cabo por la Sociedad Australiana de Ortodoncia halló que siete de cada diez niños respondieron con muestras de felicidad o excitación al oír que necesitaban un tratamiento de ortodoncia. Por otra parte, nueve de cada diez ortodoncistas encuestados dijeron que habían sido testigos de niños visiblemente molestos cuando se les dijo que no necesitaban este tipo de tratamiento.

El Dr. David Mastroianni, portavoz de la Sociedad Australiana de Ortodoncia, manifestó que estos resultados reflejan el cambio de opinión de los pacientes en Australia. “La industria ha observado un cambio en la actitud hacia los brackets y el tratamiento de ortodoncia. Ahora hay niños que vienen a la consulta, no porque hayan sido referidos por su dentista, sino porque el niño quiere brackets”, subrayó. “Los avances tecnológicos ofrecen actualmente brackets que no sólo son pequeños y cómodos, sino que ofrecen muchas opciones de colores o que incluso brillan en la oscuridad. Los adolescentes de todo el país están convirtiendo el tratamiento de ortodoncia en una forma de personalizar su ‘look'”.

Mastroianni enfatizó que, independientemente de cómo los niños se sienten acerca de los aparatos de ortodoncia fijos, el papel del ortodoncista es determinar si dicho tratamiento es apropiado para el individuo. “No se puede negar que los brackets pueden ser una de las mejores cosas que se puede hacer por un hijo y nadie cuestiona sus beneficios, pero es nuestra responsabilidad como ortodoncistas distinguir lo que se “necesita” de lo que se “desea” para determinar el mejor curso de acción que se requiera”.

FUENTE: http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/30710_la_irresistible_moda_de_los_brackets.html

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Una dieta baja en carbohidratos puede ayudar a aliviar la inflamación periodontal

(Foto: Oleksandra Naumenko/Shutterstock).

Los resultados de un estudio piloto realizado en Alemania indican que las personas que sufren de gingivitis y enfermedad periodontal deben considerar cambiar sus hábitos alimenticios con el fin de mejorar su salud oral.

En el estudio, los participantes que siguieron una dieta baja en carbohidratos y ricas en ácidos grasos omega-3, vitaminas C y D, antioxidantes y fibra durante cuatro semanas mostraron valores de inflamación significativamente más bajos que los participantes en el grupo que no cambió de dieta.

Con el objetivo de probar la hipótesis de que la dieta ayuda a reducir la inflamación, una conexión que los estudios basados en la dieta han demostrado ya en parte, el autor principal, el Dr. Johan Wolber de la Universidad de Friburgo y sus colegas investigaron los efectos de una dieta optimizada para la salud oral en la salud periodontal de un grupo de pacientes con historial de gingivitis.

De los 15 participantes acostumbrados a una dieta rica en carbohidratos, se pidió a diez que siguieran una lista de alimentos y comidas restringidas, mientras que cinco continuaron con sus patrones de alimentación típicos. Las personas que fumaban, estaban tomando antibióticos, tenían enfermedades de los glúcidos o relacionadas con la insulina, como la diabetes, fueron excluidos del estudio. Además de no usar cepillos interdentales, se aconsejó a los participantes que no cambiaran sus rutinas de salud oral durante el período de estudio.

Las instrucciones dietéticas en el grupo experimental incluyeron la restricción de la cantidad de fructosa, disacáridos, bebidas y comidas azucaradas, los alimentos que contienen harina, arroz y papas, en la medida de lo posible. Las frutas y verduras (polisacáridos) fueron excluidas, siempre y cuando se considerara la cantidad total de hidratos de carbono. El protocolo dietético incluía además la ingesta diaria de ácidos grasos omega-3 (cápsulas de aceite de pescado, una porción de pescado de mar, dos cucharadas de aceite de linaza), una restricción en la cantidad de ácidos grasos trans en la medida de lo posible (como frituras, papas fritas, donuts, croissants, etc.) y una reducción de los ácidos grasos omega-6 en la medida de lo posible (por ejemplo, aceite de cártamo, aceite de uva, aceite de girasol, margarina, aceite de sésamo y aceite de maíz).

Además, cada participante tuvo que garantizar la ingesta diaria de antioxidantes (un puñado de bayas, una taza de verde té o café, etc.), una fuente de vitamina C (por ejemplo, dos kiwis, una naranja o un pimiento) y una fuente de vitamina D (15 minutos de exposición al sol sin protección, suplementos nutricionales, 300 g de aguacate, etc.). Con el fin de asegurar que todos los participantes siguieran estas recomendaciones, se les pidió que documentaran su ingesta diaria en un diario de alimentación.

Después de cuatro semanas, los participantes en el grupo bajo en carbohidratos mostraron una reducción significativamente de la inflamación gingival y periodontal en comparación con el grupo control. Según los investigadores, la reducción de hidratos de carbono, en particular, dió lugar a una mejora significativa en el índice gingival, sangrado al sondaje e inflamación de la superficie periodontal. Aunque el estudio tiene sus limitaciones —sobre todo por el pequeño grupo de estudio, las laxas instrucciones dietéticas y la dificultad de garantizar el cumplimiento de los participantes del protocolo nutricional, entre otros factores—,la dieta redujo significativamente la inflamación periodontal en el grupo de estudio, concluyeron los investigadores.

En total, los resultados apoyan la hipótesis de que los hábitos alimenticios occidentales modernos, como el consumo de carbohidratos refinados y una alta proporción entre ácidos grasos omega-6 y ácidos grasos omega-3, promueven los procesos inflamatorios.

El estudio, titulado “An oral health optimized diet can reduce gingival and periodontal inflammation in humans—A randomized controlled pilot study”, fue publicado en línea en julio en la revista BMC Oral Health.

FUENTE:  http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/30572_una_dieta_baja_en_carbohidratos_puede_ayudar_a_aliviar_la_inflamacion_periodontal.html

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Sustancias coadyuvantes en el manejo de la mucositis oral

(Foto: Cortesía del Dr. Odel Chediak).

Las estadísticas de pacientes con cáncer aumentan considerablemente en el mundo y la cirugía, radioterapia (RT) y quimioterapia (QT) siguen siendo las terapéuticas más utilizadas para su tratamiento.

Los pacientes con cáncer de cabeza y cuello tratados con RT y QT padecen diferentes efectos colaterales, siendo la orofaringe la zona más afectada1. La mucositis oral (MO) es la complicación más común en la cavidad oral, u una entidad causada principalmente por la disminución de la respuesta inmunológica y la alteración del proceso de cicatrización2.

La MO generalmente se presenta en toda la mucosa oral, manifestándose por eritema, edema, descamación, sangrado, úlceras, exudación y dolor3; compromete las áreas labial, lingual, piso de boca, paladar blando, duro y se extiende a la orofaringe.

Adicionalmente, la xerostomía causada principalmente por la radioterapia de cabeza y cuello, agrava el cuadro, presentándose infecciones bacterianas, fúngicas y virales4 que afectan la ingesta de alimentos y la calidad de vida del paciente5 debido principalmente al dolor.

La OMS clasifica 5 grados de severidad de la mucositis oral.

0. No hay síntomas de mucositis oral
1. Enrojecimiento, eritema, dolor
2. Eritema y ulceración, el paciente puede tragar alimentos sólidos
3. Ulceración y eritema, el paciente no puede tragar alimentos sólidos
4. Ulceración y formación de pseudomembrana, la alimentación no es posible.

En el manejo de la MO son varios los esquemas y productos que se utilizan, siendo la mayoría paliativos; sin embargo, el enfoque es multifactorial, abarcando el control del dolor para permitir al paciente alimentarse adecuadamente y, lo más importante, controlar las infecciones colaterales que pueden agravar el cuadro y producir septicemia.

Entre las diversas moléculas o sustancias que se utilizan para paliar sus efectos están la bencidamida6, L-glutamina7, xilocaína, difenhidramina8, sucralfato9, nistatina, vitamina E10 y la clorhexidina.

La clorhexidina es recomendada por la Multinational Association of Supportive Care in Cancer (MASCC) y la International Society of Oral Oncology (ISOO). Es el agente más utilizado y estudiado en el manejo de la MO en concentraciones al 0.2% y 0.12 %11. Debido a sus propiedades antisépticas que reducen la carga bacteriana oral, previene las complicaciones causadas por infecciones moderadas y severas12.

Varias investigaciones han estudiado también el uso de aloe vera y la caléndula en el manejo de la MO.

El aloe vera contiene componentes como emolina, emodina y barbolina, que tienen propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Los estudios indican que tiene una acción inhibidora en la ruta del ácido araquidónico a través de la ciclooxigenasa12; estimula el factor de crecimiento queratinocítico y endotelial vascular y la producción de colágeno tipo 113. Su efecto cicatrizante es resultado del contenido de fosfato de manosa y carricina, que activa el crecimiento celular14.

Se han reportado efectos benéficos en la cicatrización, protección de las mucosas, propiedades antiinflamatorias, antifúngicas, incremento en la formación de colágeno y prevención de la MO inducida por RT, siendo una alternativa para estos pacientes15.

Un estudio triple ciego reportó una eficacia comparativa de un enjuague de aloe vera con bencidamida en MO en pacientes con cáncer de cabeza y cuello, concluyendo que puede recomendarse en estos casos16.

En oncología pediátrica, se ha utilizado gel de aloe vera con resultados favorables en la prevención y manejo de la MO17.

Por su parte, a la caléndula se le atribuyen propiedades antiinflamatorias, antifúngicas, antivirales, antibacterianas, antioxidantes18 y antitumorales19 (inhibición de crecimiento de células tumorales in vitro). Adicionalmente, estudios fitoterapéuticos le confieren actividad citogenotóxica20. Sus beneficios reportados se deben a sus metabolitos:

• Triterpenos y flavonoides: propiedades antiinflamatorias
• Saponinas y caratenoides: acción antimicrobiana y cicatrizante21
• Quercetina: acción sobre el fibroblasto gingival que inhibe la degradación del colágeno por acción de la matriz de las metaloproteinasas22.

Estudios clínicos reportan que la caléndula ha sido efectiva en la prevención de radiodermatitis en pacientes con cáncer sometidos a radioterapia23. Sus polifenoles disminuyen la formación de radicales libres de oxígeno y de nitrógeno, así como de ácido nítrico24.

Un estudio de Babaee y cols. para determinar la efectividad del extracto de flores de caléndula en gel en MO causada por RT en pacientes con cáncer de cabeza y cuello concluyó que esta preparación puede ser una alternativa en el manejo de esta entidad, atribuyendo su eficacia a las capacidades antioxidantes de la caléndula25.

* El Dr. Herrera, periodoncista que ejerce en Barranquilla (Colombia), es Magister en Farmacovigilancia, Especialista en Dermocosmética y autor de numerosos artículos.

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FUENTE: http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/30462_sustancias_coadyuvantes_en_el_manejo_de_la_mucositis_oral.html

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El consumo a largo plazo de cannabis perjudica a la salud bucodental

Según investigadores de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe (EE.UU.)

Tal y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe (EE.UU.), el consumo a largo plazo de cannabis se asocia con un riesgo mucho mayor de periodontitis.

El consumo a largo plazo de cannabis se asocia, entre otros efectos nocivos, con un riesgo mucho mayor de periodontitis, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe (EE.UU.).

Madeline H. Meier, directora de esta investigación publicada en la revista «JAMA Psychiatry», asegura que «entre otras implicaciones, nuestro estudio muestra que el consumo de cannabis durante 20 años no se asocia con una serie de problemas específicos de salud en la mediana edad. De hecho, la única excepción es que este consumo de cannabis se asocia con la periodontitis».

Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales médicos, hasta que alcanzaron la edad de 38 años, de 1.073 adultos nacidos en Nueva Zelanda en los años 1972 y en 1973. Hasta 675 de los participantes habían reconocido fumar cannabis durante algún tiempo tras cumplir los 18 años, mientras que 478 se declararon fumadores diarios de tabaco.

Concretamente, el objetivo del estudio fue evaluar los posibles problemas de salud física a los 38 años que pudieran derivarse del consumo de cannabis entre los 18 y los 38 años de edad. Y para ello, los autores, que contaban con los historiales tanto clínicos como dentales de todos los participantes, centraron su búsqueda en la salud periodontal, la función pulmonar, la presencia de inflamación sistémica y la salud metabólica.

Los resultados mostraron que el consumo a largo plazo, más o menos continuo, de cannabis se asocia con una mala salud periodontal una vez cumplidos los 38 años. Una relación que, según han sugerido otras investigaciones, podría explicarse por una mayor adicción al alcohol y un menor uso del cepillado y el hilo dental por los fumadores de cannabis.

FUENTE: http://www.gacetadental.com/2016/07/el-consumo-a-largo-plazo-de-cannabis-perjudica-a-la-salud-bucodental-60491/