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La periodontitis podría ser un signo precoz de una diabetes no diagnosticada

En los últimos años se han desarrollado numerosos estudios en los que se ha constatado la relación existente entre la diabetes tipo 2 y la periodontitis, esto es, la consabida ‘enfermedad de las encías’ –comúnmente conocida como ‘piorrea’–. De hecho, la periodontitis puede iniciar o acelerar el desarrollo de resistencia a la insulina y, por ende, colaborar en el desarrollo de la diabetes. Y por su parte, los pacientes con esta enfermedad metabólica presentan un riesgo mucho mayor de padecer periodontitis. Entonces, ¿es posible que tener esta enfermedad de las encías pueda ayudar a diagnosticar la diabetes tipo 2? Pues sí. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) confirma que, efectivamente, la periodontitis grave puede ser un signo precoz de la diabetes tipo 2, por lo que su detección en la consulta por el dentista debe hacerle sospechar de la probable presencia de una diabetes no diagnosticada.

Como explica Wijnand J. Teeuw, director de esta investigación publicada en la revista «BMJ Open Diabetes Research & Care», «el cribado de los pacientes que acuden a la consulta del dentista para el tratamiento de una periodontitis grave es una medida factible y valiosa para tratar de evitar las complicaciones a largo plazo de la diabetes».

Detectar la enfermedad

En el estudio, los autores contaron con la participación de 313 adultos atendidos en la clínica dental de la Universidad, de los que 109 no padecían periodontitis, 126 tenían una periodontitis de carácter leve-moderado, y 78 sufrían una periodontitis grave –con afectación de la masa ósea que sustenta las piezas dentales.

La cifra de participantes con diabetes tipo 2 ya diagnosticada antes de su paso por la consulta fue de menos de un 3% en caso de no tener la enfermedad de las encías, del 4% para los participantes con periodontitis leve-moderada, y de casi un 8% para aquellos con la enfermedad grave.

Los autores midieron los niveles de hemoglobina glicosilada –HbA1C, parámetro que muestra el nivel de azúcar en sangre– de los participantes a lo largo de 2-3 meses, observando un nivel promedio superior en el grupo de pacientes con periodontitis grave (45 mmol/l) que en los de participantes con periodontitis leve-moderada (43 mmol/l) y sin enfermedad de las encías (cercano a 39 mmol/l). En este contexto, debe tenerse en cuenta que una HbA1C con un valor de 39-47 mmol/l revela la presencia de pre-diabetes –y que todo valor igual o superior a 48 mmol/l es indicativo de diabetes.

Pero, ¿qué pasó cuando los autores buscaron los casos aún no diagnosticados de diabetes tipo 2? Pues que si bien hubo caso en los tres grupos, el porcentaje fue significativamente mayor en el de los pacientes con periodontitis grave. Concretamente, y mientras que las tasas de participantes con la enfermedad metabólica no diagnosticada fueron de un 8,5% en el grupo sin enfermedad de las encías y del 10% en el de periodontitis leve-moderada, en el grupo de periodontitis grave se elevó hasta un 18%. O lo que es lo mismo, casi uno de cada cinco pacientes con ‘piorrea’ grave era diabético pero no lo sabía.

Como indican los autores, «nuestro trabajo es un estudio observacional, por lo que no se pueden extraer conclusiones firmes del tipo ‘causa y efecto’. Pero nuestros resultados confirman la asunción de que la periodontitis grave podría ser un signo temprano de una diabetes no diagnosticada».

Evitar la pérdida de dientes

Pero, esta mayor prevalencia de prediabetes y de diabetes en los participantes con periodontitis grave, ¿no podría explicarse por la presencia de otros factores de riesgo? Pues no. Y es que si bien es cierto que el promedio del índice de masa corporal (IMC) fue mayor en los pacientes con la forma grave de la enfermedad, el resto de factores de riesgo –entre otros, unas cifras de colesterol total y una presión sanguínea elevadas– fueron similares para los tres grupos.

En definitiva, el estudio confirma, una vez más, la estrecha asociación entre la periodontitis y la diabetes. Y asimismo, refuerza las evidencias que sugieren que la consulta del dentista podría ser un lugar ideal para el diagnóstico precoz de la diabetes.

Como concluye Wijnand Teeuw, «la detección e intervención temprana de la prediabetes previene las complicaciones micro y macrovasculares comunes en la enfermedad y es coste-efectiva. Además, el diagnóstico y tratamiento de la diabetes también podría ayudar a prevenir el riesgo de pérdida de piezas dentales asociado a largo plazo con la periodontitis grave no tratada».

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-periodontitis-podria-signo-precoz-diabetes-no-diagnosticada-201702230306_noticia.html

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Masticar bien los alimentos previene la aparición de infecciones en la cavidad oral

La digestión de los alimentos se inicia en la cavidad oral, razón por la que es importante masticar bien. No en vano, la correcta trituración de los alimentos no solo favorece la absorción de nutrientes en el tracto intestinal, sino que cuanto más masticamos, más lento comemos y, en consecuencia, más saciados nos sentimos. O dicho de otra manera, prolongar la masticación hace que tengamos menos apetito durante el resto del día, lo que evita posteriores ingestas de alimentos tan banales como innecesarias. Tal es así que un estudio publicado en 2012 concluyó que el secreto para no engordar reside en masticar la comida durante 30 segundos antes de tragarla. Pero parece que los beneficios de ejercitar nuestros músculos maseteros no acaban aquí. Y es que como sugiere un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Manchester (Reino Unido), una correcta masticación también nos puede proteger frente al desarrollo de infecciones en la cavidad oral.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Inmunity», describe cómo el proceso de masticación estimula la producción de linfocitos T colaboradores Th17, células del sistema inmune que juegan un papel fundamental en la lucha frente a las infecciones fúngicas y bacterianas que se presentan en la cavidad bucodental.

Como explica Joanne Konkel, directora de la investigación, «el sistema inmunitario lleva a cabo un notable ejercicio de equilibrio en las zonas de barrera como la piel, la boca y el intestino, en las que combate los patógenos dañinos a la vez que ‘tolera’ la presencia de las bacterias ‘amistosas’. Y en este sentido, nuestro trabajo muestra que, contrariamente a como sucede en otras zonas de barrera, la boca tiene una forma especial de estimular los linfocitos Th17: no a través de las bacterias, sino de la masticación. En consecuencia, la masticación puede inducir una respuesta inmune protectora en nuestras encías».

Masticación ‘inmunitaria’

Numerosos estudios han demostrado que la capacidad, mayor o menor, del sistema inmune para combatir las infecciones se encuentra condicionada por la dieta. Sin embargo, y según muestra el nuevo estudio, parece que no se trata solo del tipo de alimentos que comemos, sino también de la paciencia que tenemos para ‘procesarlos’ antes de deglutirlos.

Para lleva a cabo el estudio, los autores utilizaron un modelo animal al que suministraron alimentos cada vez más duros, forzándoles así a un incremento progresivo de su necesidad de masticación. Y lo que vieron es que cuanto más duros eran estos alimentos, mayor era la estimulación de linfocitos Th17, constatando que la masticación es el factor crítico para la producción de estas células inmunitarias.

Y este tipo de linfocitos, ¿es exclusivo de la cavidad oral? Pues no, se encuentran en la piel y el intestino, en los que su producción requiere la presencia de bacterias ‘amistosas’. No así en la boca, en la que la masticación induce factores que estimulan el desarrollo de estos linfocitos Th17 por el tejido de las encías –o ‘tejido gingival’.

Es más; dada la relación de las infecciones y procesos inflamatorios en la boca y la aparición de múltiples enfermedades, no debe descartarse que los beneficios de la activación de los linfocitos Th17 puedan extenderse a otras zonas del cuerpo.

Como refiere la directora de la investigación, «la inflamación en la boca se asocia al desarrollo de enfermedades por todo el organismo, por lo que un mejor conocimiento de los factores específicos que regulan la inmunidad a nivel de la barrera oral podría, cuando menos en teoría, conllevar al diseño de nuevas vías para tratar múltiples enfermedades inflamatorias».

Persistir con moderación

Entonces, y con objeto de proteger nuestras encías frente a hongos y bacterias, ¿es aconsejable que mastiquemos la comida no ya durante 30 segundos, sino incluso mucho más tiempo? Pues no. Los excesos son perjudiciales y la masticación no es la excepción que confirma esta regla. Y no tanto porque un masticado desmesuradamente exagerado pueda dañar nuestros músculos maseteros y, a la larga, acabar erosionando nuestros molares, sino porque la sobreestimulación de linfocitos Th17 tiene un efecto negativo: cuando se encuentran en un número excesivo, estos linfocitos pueden contribuir a la aparición y desarrollo de la periodontitis –esto es, la consabida ‘enfermedad de las encías’, comúnmente conocida como piorrea.

Como concluye Joanne Konkel, «en nuestro trabajo también hemos sido capaces de demostrar que el aumento del daño causado por la masticación también podría exacerbar la pérdida ósea en la periodontitis».

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-masticar-bien-alimentos-previene-aparicion-infecciones-cavidad-oral-201702021123_noticia.html

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La gingivitis y la periodontitis no están causadas por las mismas bacterias

La gingivitis es una enfermedad infecciosa de origen bacteriano caracterizada por la inflamación y sangrado de las encías. Una enfermedad que, de no ser tratada adecuadamente, puede derivar en la aparición de una periodontitis, esto es, la consabida ‘enfermedad de las encías’ –comúnmente conocida como ‘piorrea’– que, mucho más grave, puede conllevar la destrucción de la masa ósea que sustenta las piezas dentales y, por tanto, la pérdida irreversible de los dientes. Sin embargo, parece que la periodontitis no es una fase más avanzada de la gingivitis. Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido), la periodontitis puede ser causada por unas bacterias que no tienen nada que ver con la gingivitis.

Como explica Liam Shaw, director de esta investigación publicada en la revista «Applied and Environmental Microbiology», «nuestros resultados confirman que la periodontitis no puede ser simplemente considerada como un estado avanzado de la gingivitis, ni siquiera cuando solo se tiene en cuenta la placa supragingival».

Origen diferentes

El objetivo de este estudio internacional fue evaluar la composición del microbioma oral en todas las fases de progresión de la gingivitis y de la periodontitis. Y para ello, contaron con la participación de 996 mujeres con una o ambas enfermedades periodontales de Malawi –país en el que, como indican los propios autores, «las infecciones orales son ciertamente comunes».

Concretamente, los autores emplearon la técnica de secuenciación del ARN ribosómico 16s para caracterizar la composición bacteriana de las muestras de la placa supragingival de las participantes. Y de acuerdo con los resultados, la diversidad y número de especies bacterianas fue significativamente superior en los casos de gingivitis que en los de periodontitis. Y lo que es más importante: algunas de las especies bacterianas solo se encontraron en la periodontitis, pero no en la gingivitis.

Como apunta Liam Shaw, «observamos que un pequeño número de especies se asociaron a la periodontitis pero no a la gingivitis. Unas especies entre las que se encuentran algunas de los géneros ‘Prevotella’, ‘Treponema’ y ‘Selemonas’. Es decir, nuestros hallazgos refuerzan las evidencias que apuntan a un modelo de enfermedad más complejo que la simple progresión lineal a partir de la gingivitis».

Diagnóstico rápido y barato

A día de hoy, la periodontitis es comúnmente diagnosticada mediante la medición de la profundidad de las bolsas o espacios infecciosos que aparecen en las encías junto a las piezas dentales.

Sin embargo, y en opinión de Ulla Harjunmaa, co-autora de la investigación, «no es posible diagnosticar visualmente la periodontitis, que generalmente no se acompaña de ningún síntoma hasta que ya ha progresado hasta el punto de que los dientes ‘se mueven’, lo que implica que es muy tarde para cualquier tratamiento».

En consecuencia, el diagnóstico de la periodontitis debe ser llevado a cabo por profesionales especializados y con el uso de equipos muy caros que, desafortunadamente, no se encuentran disponibles en muchos países. De ahí la importancia, como sugiere el estudio, de poder realizar un diagnóstico diferencial de la gingivitis y de la periodontitis a partir del análisis de las bacterias causantes de cada una de las enfermedades, lo que resultaría mucho más rápido y, sobre todo, barato.

Como concluye Ulla Harjunmaa, «nuestro trabajo posibilita establecer qué diferencias en las bacterias se asocian específicamente a la profundidad de las bolsas dentales –lo que causa la pérdida de los dientes– más que a los sangrados de las encías».

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-gingivitis-y-periodontitis-no-estan-causadas-mismas-bacterias-201610070934_noticia.html

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El ‘zumo’ de lechuga ayuda a controlar la gingivitis crónica

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Según establece el refranero inglés, ‘una manzana al día mantiene al doctor en la lejanía’. Un consejo en el que se enfatiza la importancia de la dieta y que, además de para los médicos y la salud general, podría aplicarse a las consultas del dentista y la salud bucodental. Y para ello, tan solo tendríamos que sustituir la manzana por una lechuga diaria. O más concretamente, por el ‘zumo’ de lechuga. Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores del Hospital Universitario de Wurzburgo (Alemania), el consumo diario de zumo de lechuga resulta muy eficaz para controlar la gingivitis crónica –esto es, la inflamación de las encías causada por una bacteria que, de no ser tratada, puede conllevar a la aparición de la periodontitis o ‘piorrea’.

Concretamente, el beneficio de la lechuga sobre la gingivitis se explica por el alto contenido de nitratos en la hoja de este vegetal. Y como destaca Yvonne Jockel-Schneider, directora de esta investigación publicada en la revista «Journal of Clinical Periodontology», «nuestros resultados muestran que el consumo diario de nitratos pueden ser un complemento útil en el control de la gingivitis crónica».

Lechuga ‘exprimida’

El estudio fue llevado a cabo con la participación de 44 pacientes con gingivitis crónica en los que se evaluaron el índice gingival –valoración de la inflamación por la gingivitis–, el índice de placa de O’Leary –con el que se analiza la higiene de las superficies lisas y la capacidad de eliminación de la placa con un torno– y el nivel de nitratos en la saliva.

Todos los pacientes fueron sometidos a un desbridamiento sub y supragingival, tras lo cual fueron seleccionados para tomar, según un criterio aleatorio y a lo largo de 14 días, tres botellas de 100 ml con zumo de lechuga ‘normal’ –23 participantes– o con zumo de lechuga al que se habían extraído los nitratos –grupo placebo; 21 participantes.

n el momento de inicio del estudio, los tres parámetros evaluados fueron similares para todos los participantes. Sin embargo, y una vez concluidos los 14 días del estudio, aquellos tratados con el zumo de lechuga con nitratos mostraron un índice gingival significativamente inferior que los del grupo placebo.

Es más; el consumo diario del zumo de lechuga con los nitratos también se asoció con un incremento muy significativo del nivel de nitratos en la saliva. Finalmente, no se observaron cambios en el índice de placa de O’Leary en ninguno de los dos grupos.

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-zumo-lechuga-ayuda-controlar-gingivitis-cronica-201604070710_noticia.html

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La falta de vitamina D durante el embarazo aumenta el riesgo de caries del niño

Una mayor ingesta de vitamina D materna durante el embarazo puede estar asociada con un menor riesgo de caries dental. Lo asegura una investigación publicada en «Annals of Epidemiology» que ha visto que los niños cuyas madres tomaban más vitamina D durante el embarazo tenían menos caries.

Muchos estudios han relacionado la deficiencia de vitamina D con defectos óseos en los niños. Ahora, esta nueva investigación realizada Japón proporciona nuevas evidencias de la asociación entre la vitamina D y la caries dental. En un estudio de 1.210 parejas madre-hijo japoneses, los científicos encontraron que la caries era menos prevalente en los niños cuyas madres tomaína más D durante el embarazo.

Formación de huesos

En el estudio, los investigadores de la Universidad de Ehime (Japón) recogieron información sobre la ingesta de vitamina D materna durante el embarazo mediante un cuestionario sobre su dieta. Además, los niños fueron sometidos a un examen oral entre los 36-46 meses de edad.

De acuerdo con los investigadores, el estado de nutrición de la madre afecta el desarrollo pre y postnatal de los niños, incluyendo la formación y mineralización de los dientes.

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-falta-vitamina-durante-embarazo-aumenta-riesgo-caries-nino-201511121843_noticia.html

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La ansiedad antes de una extracción influye en la recuperación del paciente

La ansiedad puede ser muy importante en los resultados tras una intervencion odontológica. Expertos de la Universidad de Sevilla y del Hospital Universitario Virgen del Rocío demuestran que la ansiedad generada antes de someterse a una cirugía de la muela del juicio o exodoncia del tercer molar influye en la recuperación postoperatoria del paciente. Los investigadores han detectado además que cuando el médico ofrece la información preoperatoria al paciente de manera oral y le explica la intervención de manera dialogada y no solo con la hoja informativa de consentimiento que deben firmar, éste se siente más relajado y disminuye su nivel de ansiedad.

El profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad de Sevilla, Daniel Torres, explica que «según nuestros datos, la ansiedad influye en el dolor que percibe el paciente durante el postoperatorio en cirugía bucal y en la toma de analgésicos. Sin embargo, no influye en la percepción de inflamación durante el mismo periodo».

Aquí los investigadores diferencian entre la ansiedad rasgo, persona que sufre de estrés, y la ansiedad estado que se produce a consecuencia de la inminente cirugía bucal. La anestesia local incrementa el nerviosismo del paciente que está consciente durante la intervención.

Inflamación y dolor

El estudio prospectivo se realizó sobre una serie de 88 pacientes que precisaban la extracción de un tercer molar inferior. Antes de recibir ninguna información acerca de la extracción los pacientes completaron el test Spielberger State-Trait Anxiety Inventory — Trait and State. Tras la extracción se evaluó la inflamación y el dolor. Los pacientes rellenaron una escala visual analógica (EVA) de diez puntos en casa cada día a la misma hora de la intervención hasta el octavo día tras la cirugía, cuando se retiró la sutura. Este trabajo ha sido publicado en la revista «Medicina Oral, Patología Oral y Cirugía Bucal».

El Hospital Virgen del Rocío realiza una media de 4.000 a 5.000 extracciones del tercer molar cada año y su estudio se considera de referencia estándar para otros procesos inflamatorios y de dolor moderado como son la menstruación o el dolor de cabeza.

FUENTE:  http://www.abc.es/salud/sepa/abci-ansiedad-antes-extraccion-influye-recuperacion-paciente-201510262244_noticia.html

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Dismorfia dental: la obsesión por tener una sonrisa perfecta

thinkstock

Hace 5 años, a sus 32, Nicole Mowbray, decidió hacerse una ortodoncia.

“No estaba realmente obsesionada con mis dientes, pero quería que fueran perfectos“, le contó a la BBC.

“Me puse brackets fijos dentrás de los dientes -un tipo de brackets estéticos conocidos como “Incognito”- que se colocan en la parte interior de los dientes, y por eso son menos visibles”, explicó.

A pesar de que le iban a costar miles de dólares y de que iba a ser un proceso largo (al menos dos años) y, probablemente, doloroso, decidió seguir adelante con la ortodoncia, en el anhelo de lograr la sonrisa perfecta.

Y lo consiguió, aunque el costo fue más alto de lo esperado. Y no solamente en términos económicos.

Durante el tiempo que tuvo los brackets, Nicole sufrió varias heridas y úlceras en sus encías y lengua.

Además, tuvo que someterse a las extracciones de tres de sus dientes, lo cual, asegura, “fue bastante doloroso”, al igual que lo fueron las gomas elásticas que tuvo que llevar para acelerar la correcta colocación de sus dientes.

Pero los brackets hicieron efecto y en un año sus dientes se veían “prácticamente perfectos”.

“Al final del tratamiento, tenía una sonrisa de película y no podía estar más contenta”, dice la británica.

Pero los lamentos, asegura, llegaron después.

Aunque todavía no sabía que lo que realmente sufría era dismorfia dental.

Señales de trastorno dismórfico:

  1. Angustia por un defecto físico menor
  2. Dificultades a causa de la obsesión con dicho defecto
  3. Comportamiento excesivo en relación al defecto
  4. Creencia de que los demás te tratan de manera diferente debido a ese defecto
  5. Petición de un tratamiento innecesario o excesivo para solucionarlo
  6. Insatisfacción irreal con los resultados de los tratamientos y procedimientos, o incapacidad para verbalizar expectativas

Fuente: Academy of General Dentistry (EE.UU.)

Tratamientos innecesarios

“Cuando me quitaron los brackets y me hicieron la última radiografía, descubrieron que tenía reabsorción radicular: las raíces de mis cuatro dientes de la mandíbula superior se habían acortado”, explica Nicole.

“Eso quiere decir que, más adelante, pueden llegar a caerse; es como si se hubieran aflojado, y necesitaré implantes para reemplazarlos”.

Nicole dice que logró la sonrisa perfecta, pero a costa de dejar sus dientes “en una situación peor que cuando comenzó el tratamiento”.

Y advierte sobre los tratamientos dentales innecesarios: “si no están rotos, no los arreglen”.

“Hoy en día todo tiene que ver con la autoconfianza y con cómo te sientes”, le contó a la BBC Uchenna Okoye, directora clínica de London Smiling Dental Group, en el Reino Unido.

“Lo que le pasó a Nicole no es muy habitual, pero en cosmética dental hay un aspecto psicológico. Nadie lo necesita realmente“, agregó.

Blancorexia y otras obsesiones

El mercado mueve millones y cada vez son más los tratamientos de cosmética dental en todo el mundo.

Sin embargo, algunos especialistas aseguran que la obsesión por tener la dentadura perfecta también ha fomentado la dismorfia dental (obsesión con la apariencia de los dientes).

Un ejemplo son los blanqueamientos.

De hecho, la obsesión con este tipo de tratamientos, conocida como blancorexia, puede ser perjudicial para la sensibilidad de los dientes, explican los expertos.

De acuerdo con Tim Bradstock-Smith, de la clínica dental cosmética London Smile Clinic, el número de pacientes que quieren corregir el aspecto de sus dientes está ligado a un aumento de casos de dismorfia dental.

“Hemos observado un incremento en los últimos cinco años de pacientes que nos envían selfies a nuestra página web, preocupados por el aspecto de sus dientes frontales“, le contó el especialista a Nicole, quien trabaja como periodista.

¡Sonrían para el selfie!

La clínica llegó a rechazar el tratamiento a varias personas.

Los expertos dicen que una de las causas del aumento de la dismorfia es el auge de fenómenos como las redes sociales y los selfies.

Efectivamente, Los selfies hacen que los dientes, en muchas ocasiones, se vean más prominentes de lo que realmente son.

“Como los dientes están en el centro de la imagen, la gente quiere que luzcan mejor”, dice Bradstock-Smith.

“Pero tomar las fotos demasiado cerca puede distorsionar y exagerar el tamaño de los dos dientes frontales”, explicó.

“Disuadimos, aproximadamente, a dos de cada tres pacientes cada semana para que no se hagan ningún tratamiento porque, simplemente, no lo necesitan”, le dijo el dentista a Nicole.

Y esta obsesión afecta, particularmente, al público femenino.

Según los estudios llevados a cabo por la Sociedad Británica de Odontología, el 80% de los nuevos casos de ortodoncias en adultos corresponden a mujeres.

“Ir al dentista puede sonar tan simple como entregar el dinero y tumbarte en el sillón. Pero una parte de mí desea que nunca me hubiera metido con mis dientes”, dice Nicole.

FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160323_salud_dismorfia_dental_lb

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Con cada refresco, sus dientes se hacen más pequeños

“Es el peor enemigo de nuestra sonrisa: silente, invisible, nos acecha día y noche. No vemos el ataque y, sin embargo, cada mañana al despertar nuestro diente desaparece un poco más”, asegura la odontóloga Debora Vilaboa. Es el terrorífico guion de lo que el desgaste dental está haciendo ahora mismo en su boca. El estrés tiene bastante que ver: además de fatiga, dolor de cabeza, molestias gástricas, tensión muscular… provoca bruxismo y cambios en el pH de la boca que, como mal menor, hacen que sus dientes cambien de color. Veamos qué es, cómo prevenirlo y qué tratamientos corrigen sus consecuencias.

Las alarmas han saltado. “Que los dientes se desgastaran era hasta ahora un achaque de la edad, pero hoy se ve demasiado frecuentemente en jóvenes. Y hay que frenarlo cuanto antes”, advierte la doctora. “La expectativa de vida crece y tenemos que conseguir una dentición sana, bonita y funcional durante más años”. Nadie está a salvo. Tres de cada cinco adultos padecen este desgaste. Aunque vivan relajadamente o se laven los dientes con fruición: además del estrés, afectan la dieta, el estilo de vida y ciertas intolerancias y trastornos alimenticios. ¿Qué ocurre exactamente? Jaime Jiménez García, experto en implantes de la Clínica Ciro y director de máster de Implantología oral avanzada la Universidad Europea de Madrid, explica que primero se come el esmalte hasta que llega a la dentina, produciendo sensibilidad. “Provoca pérdida de altura de los dientes, en longitud y volumen, haciendo que la sonrisa se retraiga marcando arrugas peribucales (la sintomatología de Popeye) y horizontales sobre el labio superior e inferior. Además de limitaciones funcionales por problemas en la oclusión, la relación entre dientes superiores e inferiores puede derivar en molestias musculares en la cara, cuello y espalda”, añade. Una advertencia más de Vilaboa: la dificultad de detectarlo e interceptarlo mediante prevención. “En determinados casos se produce de una manera lenta y puede pasar desapercibida tanto para el paciente como para el dentista. Y cada milímetro de longitud de diente que perdemos nos hace envejecer diez años”. Si Hitchcock levantara la cabeza…

“Después de tomar un zumo de naranja hay que esperar al menos 20 minutos antes de lavarse los dientes, para no frotar el ácido contra el diente haciendo que se desgaste aún más” (Silvia Jiménez García, ortodoncista)

De nuevo, el estrés

Cuánto puede afectarle el desgaste dental depende de la estructura genética de su diente, del tipo de agresión y de su capacidad de defensa. “Hasta ahora se creía que, sobre todo, era un ataque físico: el que causa el bruxismo [apretar los dientes de manera involuntaria]. Y en ese cajón se metía todo…”, comienza Vilaboa. Ese rechinar nocturno, pesadilla casi más para quien le acompaña en sus desvelos, afecta a un 17% de quienes padecen estrés. “En la clínica lo hemos notado muchísimo, porque de alguna manera gran parte de la población ha sufrido la crisis, lo que ha provocado que los pacientes con problemas de bruxismo hayan aumentado muchísimo. Al apretar los dientes, erosionan y desgastan la dentadura, hasta se llegan a romper piezas”, confirma Jiménez García. Su hermana, la periodoncista María José Jiménez García, detalla: provoca microfisuras y aumenta la porosidad, que favorecen que el esmalte se manche más con vino, té o café, o incluso se fracture.

Utilizar una férula de descarga (molde de material flexible y blando que se erosiona en lugar de su esmalte mientras aprieta los dientes) o formar parte de ese privilegiado grupo que duerme a pierna suelta (poco más de la mitad de la población) solo evita uno de los problemas. “En el desgaste dental es casi más importante cómo afecta el pH de la boca”, avanza Jiménez García. Lo confirma Vilaboa: “Hoy sabemos que, sobre todo, lo originan causas químicas. Internas, por los ácidos del reflujo gastroesofágico, que afecta al 60% en algún momento de su vida, y los que provocan ciertos trastornos de la alimentación o intolerancias alimentarias que cursan vómitos”. El estrés, no desayunar lo que debemos, abrir latas de bebida en la oficina sin parar o creernos deportistas de élite; así como seguir a pies juntillas todas las tonterías que dicen las celebridades en Internet (como beber agua con limón, en ayunas o no, o hacer del vinagre de manzana el nuevo elixir antigrasa), son algunas de las causas que llaman externas o medioambientales. “¿Quién no toma un zumo de naranja por la mañana? ¿Y cuántos están limitando los lácteos? Bebidas isotónicas, carbonatadas, colas… Todas ellas contienen ácido cítrico que provoca un descenso en el pH de la boca y acelera el desgaste”, apunta la odontóloga.

Correr a por su cepillo de dientes mientras apura las últimas gotas del zumo o su refresco favorito es aún peor: “No sabemos por qué nadie dice que después de tomar una bebida ácida, como el jugo de cítricos del desayuno, hay que esperar al menos 20 minutos antes de lavarse los dientes para no frotar el ácido contra el diente haciendo que se desgaste aún más”, añade Silvia Jiménez García, también miembro de la Clínica Ciro y experta en ortodoncia. La recomendación de Vilaboa para contrarrestar los ácidos es: “Si no podemos evitar las bebidas gaseosas, mejor tomar a la vez alimentos. Y si queremos aromatizar la ensalada con limón, poner unas rodajas impregnadas en aceite”.

Las bacterias que viven en nuestra boca también atacan. “El desgaste por erosión ácida puede provenir de la gran cantidad de bacterias que viven en su interior”, continúa Vilaboa. “Bien por falta de mantenimiento o hábitos hay veces que las bacterias se descontrolan haciendo que los dientes pierdan hueso sin parar”, explica Jiménez García. La medicación es otra de las amenazas: “No solo hablamos de las tetraciclinas, que sabemos que tiñen los dientes, sino que tomar más de tres medicamentos al día hace que nuestras glándulas salivales pierdan la capacidad de proteger nuestro esmalte”, precisa Vilaboa.

La importancia de la saliva

“Cada día se produce una sucesión de agresiones que, si superan los mecanismos de defensa del diente, pueden desencadenar un deterioro precoz que conduzca a la destrucción de la dentición. Empezando por el esmalte, responsable de la dureza, la resistencia y el color”, previene Vilaboa. La saliva es la primera línea de defensa de la boca. “Un sistema natural que nos provee de protección, lubricación, humectación, capacidad antimicrobiana, remineralización… Arrastra las bacterias y lubrica las superficies en los constantes movimientos de los dientes”, añade. Traducido, la saliva nos protege de sufrir daños ante gestos tan comunes como machacar las tapas de los bolígrafos o abrir botes con las muelas; de que no rayemos los dientes al mordisquear muslos de pollo o costillas; hace de aduana de la fauna (bacteriana) que entra con los besos ajenos y trata de compensar una higiene digamos… justita.

Qué se puede hacer

Desde la Clínica Vilaboa recomiendan, como medidas de prevención, combatir el bruxismo diurno con la risa y el nocturno con férulas (“miorrelajantes, de descarga o Michigan”); comer mientras beba refrescos, zumo de naranja o limón, café o vino; mejorar la higiene y utilizar aceite de oliva para combatir bacterias (“el aceite impide que el estreptococo mutans desencadene erosión o desmineralización”) y vigilar que la producción de saliva no decaiga (“durmiendo con la boca abierta o abusando del alcohol”). Si se detecta pronto, la solución pasa por remineralizar el diente (y combatir las causas que lo provocan). En la Clínica Ciro se pone una cubeta de flúor de alta concentración, al 1,23%. Si no es suficiente, existen unos barnices de flúor que sellan bien. En casa toca cepillarse con pastas remineralizantes y enjuagarse con colutorios que lleven flúor. “También se pueden aplicar geles como Xerostom, que cubren los dientes con un aceite ayudando a que los ácidos no viajen bien por la superficie”, propone Vilaboa. Y si llegan tarde, siempre quedarán las carillas.

FUENTE: http://elpais.com/elpais/2016/11/29/buenavida/1480430638_776028.html

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Los implantes dentales ya no suponen un riesgo para las personas con diabetes

Uno de cada once adultos sufre diabetes en el mundo. Entre las personas de 60 años o más, la prevalencia se incrementa hasta el doble. Es una de las enfermedades más estudiadas por los especialistas de todo el mundo.La implantología dental en el caso de los pacientes con diabetes presenta un mayor riesgo de padecer infecciones tanto alrededor del diente (periodontitis) como en el implante (peri-implantitis), al no favorecer su cicatrización. Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla está realizando un estudio con el fin de minimizar estos factores de riesgo. Este estudio en colaboración con Straumann, compañía de implantología dental, revela que los implantes dentales de aleación titanio-circonio son los que mayores beneficios presentan para los pacientes diabéticos que se someten a este tipo de tratamiento. El equipo de la Universidad de Sevilla ha querido avanzar los resultados de su investigación coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el lunes 14 de noviembre. Los implantes de titanio-circonio suponen, por tanto, un avance científico en materia de implantología dental que ofrece notables beneficios y ventajas para la salud de los pacientes diabéticos.

FUENTE: http://www.abc.es/sociedad/abci-implantes-dentales-suponen-riesgo-5206166528001-20161111012311_video.html

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La irresistible moda de los brackets

DENTAL TRIBUNE

El deseo de llevar brackets entre los adolescentes de países como Tailandia, Indonesia y Camboya es tal, que muchos se sienten decepcionados cuando su dentista les dice que no necesitan un tratamiento ortodóntico.

En muchas ocasiones, esta negativa lleva a niños y adolescentes a recurrir a la nueva moda de los brackets dentales falsos, lo cual se ha vuelto un gran negocio.

El tratamiento de ortodoncia en el sudeste Asiático y el Pacífico ha pasado por un cambio radical de actitud: de ser considerado como una penosa dificultad de la adolescencia, se ha transformado en una declaración de moda y estética entre niños y adolescentes.

Ya sea debido a que los avances tecnológicos han hecho que los aparatos de ortodoncia fijos de hoy en día sean más pequeños y cómodos que nunca, o a la amplia gama de colores de los soportes y componentes ortodónticos, los aparatos dentales están disfrutando de una sorprendente popularidad como una moda en muchos países de Asia.

El fenómeno de los brackets de moda que no tienen ningún propósito médico apareció por primera vez en Tailandia en 2006. A partir de ahí, la tendencia se extendió rápidamente a países vecinos de Indonesia, Malasia y, más recientemente, Camboya. Según el periódico Phnom Penh Post, los brackets falsos se pueden adquirir en línea de proveedores locales en estos países, cuyos kits cuestan tan sólo US $20.

Después de comprar los componentes necesarios, se refiere a los clientes al dentista para la toma de impresiones y adhesión. Sin embargo, incluso si es un profesional capacitado quien realiza el procedimiento, lo cual no es siempre sucede porque muchos dentistas sencillamente se niegan a ello dado que no tiene un propósito clínico, los expertos advierten que se trata de una tendencia muy peligrosa. Por ejemplo, el uso de equipo no esterilizado o adhesivos de baja calidad puede causar infecciones y enfermedades. Además, los brackets falsos exponen a sus usuarios a los mismos riesgos que los aparatos reales de ortodoncia fijos.

Según el Dr. Hok Sim Kor, vicedecano de la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Phnom Penh, los usuarios con mala higiene oral corren el riesgo de desmineralización de los dientes, caries o enfermedad periodontal. Por otra parte, al igual que los aparatos de ortodoncia fijos reales, los brackets de moda pueden mover dientes bien alineados a una posición incorrecta sino se realizan ajustes o exámenes clínicos periódicos.

Entusiasmo en Australia
Los brackets falsos no son todavía una moda en Australia. Sin embargo, la actitud hacia el tratamiento de ortodoncia ha cambiado de manera similar en los últimos años. Un estudio reciente llevado a cabo por la Sociedad Australiana de Ortodoncia halló que siete de cada diez niños respondieron con muestras de felicidad o excitación al oír que necesitaban un tratamiento de ortodoncia. Por otra parte, nueve de cada diez ortodoncistas encuestados dijeron que habían sido testigos de niños visiblemente molestos cuando se les dijo que no necesitaban este tipo de tratamiento.

El Dr. David Mastroianni, portavoz de la Sociedad Australiana de Ortodoncia, manifestó que estos resultados reflejan el cambio de opinión de los pacientes en Australia. “La industria ha observado un cambio en la actitud hacia los brackets y el tratamiento de ortodoncia. Ahora hay niños que vienen a la consulta, no porque hayan sido referidos por su dentista, sino porque el niño quiere brackets”, subrayó. “Los avances tecnológicos ofrecen actualmente brackets que no sólo son pequeños y cómodos, sino que ofrecen muchas opciones de colores o que incluso brillan en la oscuridad. Los adolescentes de todo el país están convirtiendo el tratamiento de ortodoncia en una forma de personalizar su ‘look'”.

Mastroianni enfatizó que, independientemente de cómo los niños se sienten acerca de los aparatos de ortodoncia fijos, el papel del ortodoncista es determinar si dicho tratamiento es apropiado para el individuo. “No se puede negar que los brackets pueden ser una de las mejores cosas que se puede hacer por un hijo y nadie cuestiona sus beneficios, pero es nuestra responsabilidad como ortodoncistas distinguir lo que se “necesita” de lo que se “desea” para determinar el mejor curso de acción que se requiera”.

FUENTE: http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/30710_la_irresistible_moda_de_los_brackets.html