Las sonrisas pueden ser de muchas maneras: grandes, abiertas, torcidas, tímidas. Sin embargo, la forma en que se percibe la expresión facial en la interacción social y en la comunicación no verbal pueden diferir significativamente.
Una investigación de la Universidad de Minnesota pidió a las 802 personas que participaron en el estudio que evaluaran 27 animaciones de sonrisas realizadas por computadora sobre la percepción de su eficacia (de muy mala a muy buena), autenticidad (falsa vs. auténtica), simpatía (de espeluznante a agradable) y expresión de la emoción (rabia, miedo, felicidad, tristeza o sorpresa). La expresión de la animación se alteró mediante variaciones en el ángulo de la boca, la amplitud de la sonrisa, la cantidad de dientes que se mostraban y cúan simétricamente se desarrollaba la sonrisa.
Los hallazgos sugieren que en una sonrisa de éxito —aquella que se percibe como efectiva, genuina y placentera—, menos es más. Las sonrisas con un ángulo medio tienden a ser juzgadas más favorablemente, mientras que las sonrisas de boca ampliamente abierta a menudo se interpretan como un signo de miedo o desprecio. De hecho, las dos sonrisas con menor puntuación mostraban muchos dientes.
En general, la investigación más conocida sugiere que la simetría facial se percibe a menudo como más hermosa que la asimetría. Sin embargo, en este estudio las sonrisas levemente torcidas obtuvieron mejor clasificación. Según los investigadores, este resultado es consistente con los principios del diseño de la sonrisa, en los que la simetría dinámica, que es muy similar pero no idéntica, permite una sonrisa más vital, dinámica, única y natural en comparación con la simetría estática.
Los resultados del estudio podrían tener amplias aplicaciones en una variedad de áreas, tales como cirugía de reanimación facial y rehabilitación en individuos que han sufrido de traumatismo, accidentes cerebrovasculares, condiciones neurológicas, cánceres o infecciones que les han robado la capacidad de expresar emociones a través del movimiento facial, según los investigadores.
Las consecuencias psicológicas y sociales del deterioro facial pueden ser extensas. La investigación ha demostrado que los individuos con parálisis facial parcial a menudo son mal interpretados, tienen problemas para comunicarse, tienden a aislarse y a sufrir de síntomas como ansiedad y depresión.
El estudio, titulado “Dynamic properties of successful smiles”, fue publicado el 28 de junio en la revista PLOS ONE.