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No hay excusas: las caries son consecuencia de la higiene y alimentación, no de los genes

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Las caries dentales constituyen uno de los principales –sino el mayor– problemas de salud bucodental en todo el mundo. Unas cavidades en los dientes y muelas que provocan que la pulpa dental quede expuesta a las infecciones, por lo que deben ser inmediatamente ‘reparadas’. Y para evitar que esto pase, es totalmente necesario de cuidemos de nuestra salud oral, principalmente con el cepillado de nuestros dientes. De hecho, y si bien se ha sugerido una posible predisposición genética, el papel que juegan nuestros genes en el desarrollo de las caries es, de haberla, nimio. No en vano, un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto J. Craig Venter en Rockville (EE.UU.) ha demostrado que la salud de nuestros dientes es consecuencia de nuestros hábitos de higiene y de nuestra dieta –sobre todo, del consumo de azúcar–. Es decir, nuestras madres tenían toda la razón del mundo al insistir una y otra vez en que nos cepilláramos los dientes.

Como explica Karen Nelson, directora de esta investigación publicada en la revista «Cell Host & Microbe», «durante algún tiempo, el dogma de la comunidad dental ha venido constituido por la limitación del consumo de azúcar y la liberación de ácido en la boca. Ahora, nuestro estudio identifica las especies bacterianas que pueden ser adquiridas a través del ambiente y que tienen la capacidad de provocar caries».

 

Predisposición no heredada

Desde principios del pasado siglo XX se sabe que la formación de caries dentales se encuentra asociada a la composición de nuestra flora bucodental, muy especialmente a la presencia de la bacteria ‘Streptococcus mutans’. Y es que una vez concluimos nuestras comidas, este microorganismo tiene por costumbre liberar ácidos que erosionan el esmalte dental. Pero, ¿qué factor tiene más peso en la composición de nuestra flora bucodental? ¿Los genes o el ambiente?

Con objeto de evaluar la influencia del ambiente, esto es, de la higiene y cuidado bucal, y descartar todo posible condicionante genético, los autores analizaron los microbiomas orales de 280 parejas de mellizos –hermanos que, si bien alumbrados en el mismo parto, no comparten el mismo genoma al haberse desarrollado en óvulos distintos– y de 205 parejas de gemelos idénticos –hermanos desarrollados a partir de un mismo cigoto, y, por tanto, con un genoma similar–, todos con edades comprendidas entre los 5 y los 11 años.

Nuestro estudio identifica las especies bacterianas que pueden ser adquiridas a través del ambiente y que tienen la capacidad de provocar caries

Como apunta Karen Nelson, «decidimos centrar nuestro estudio en niños teniendo en cuenta dos hipótesis: que el microbioma oral cambia rápidamente con la edad; y que probablemente los hermanos, mellizos o gemelos, comparten el ambiente. Esto nos permitió tener un mejor control sobre la influencia de ambientes únicos y compartidos».

Los resultados mostraron una mayor similitud de la flora bucodental en los gemelos idénticos que en los mellizos. Un resultado esperable y que indica que hay una contribución genética sobre la probabilidad de que una especie bacteriana concreta habite o no en nuestra boca. Entonces, ¿la carga genética es más importante que el ambiente en lo que respecta al riesgo de caries? Pues no. Y es que las especies bacterianas cuya presencia viene fuertemente condicionada por la genética no son las implicadas en el desarrollo de las caries.

Es más; el estudio también muestra que la abundancia de las cepas bacterianas ‘hereditarias’ disminuye según cumplimos años. Lo que no implica que nuestras bocas queden desprovistas de bacterias: las cepas ligadas al ambiente son cada vez más numerosas.

Cuidado con el azúcar

En definitiva, nuestra higiene y cuidado bucodental, que no los genes legados por nuestros padres, son los principales responsables de que padezcamos o no una caries. De hecho, los autores desatacan entre sus resultados el hallazgo de una asociación entre ciertas especies bacterianas específicas y el consumo de azúcar.

Como concluyen los investigadores, «las bacterias asociadas con una menor incidencia de caries se encontraron en menor abundancia en los gemelos cuyas comidas y bebidas tenían un alto contenido en azúcar añadido. Por el contrario, las bacterias más comunes en los niños que consumían mucho azúcar se asociaron con una mayor incidencia de caries».

 

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-no-excusas-caries-consecuencia-lahigiene-y-alimentacion-no-genes-201709131858_noticia.html

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Las dietas ricas en carbohidratos y grasas trans promueven la pérdida de nuestros dientes

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La salud de nuestros dientes y encías está condicionada por nuestro tipo de alimentación

La dieta, o lo que es lo mismo, la alimentación, juega un papel clave en nuestra salud. Tal es así que resulta ciertamente común que los médicos nos recomienden evitar ciertos tipos de dietas, caso de aquellas ricas en grasas, para prevenir el desarrollo de enfermedades muy graves y potencialmente mortales, entre otras las cardiovasculares y la diabetes. Y llegados a este punto, ¿qué sucede en el caso específico de la salud oral? Es bien sabido que abusar del azúcar dispara el riesgo de caries y, por ende, de pérdida de nuestras piezas dentales. Pero, más allá de un alimento o nutriente específico como es el azúcar, ¿la dieta en general también tiene un efecto, positivo o negativo, sobre la salud de nuestro dientes y encías? Pues sí. De hecho, un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Washington en Seattle (EE.UU.) muestra que las dietas ricas en alimentos pro-inflamatorios, caso de los carbohidratos y las grasas trans, aumentan, y mucho, el riesgo de que perdamos nuestras piezas dentales.

Como explica Georgios Kotsakis, director de esta investigación publicada en la revista «Clinical Nutrition», «los efectos deletéreos de los patrones dietéticos cariogénicos sobre la pérdida dental están bien caracterizados, pero la contribución de la inflamación sistémica transmitida por la dieta permanece inexplorada. Estudios recientes han revelado el papel protector de algunos nutrientes específicos sobre la salud periodontal. Sin embargo, todavía no se ha podido establecer que la dieta en general sea un factor de riesgo modificable para la salud bucodental».

 

Más calorías, menos dientes

Para llevar a cabo la investigación, los autores analizaron los historiales dentales y los hábitos dietéticos de 6.887 adultos participantes en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos 2009-2010 (NHANES 2011-2012) y 2011-2012 (NHANES 2011-2012). Y asimismo, dividieron a los participantes en cuatro grupos –o ‘cuartiles’– en función del grado, mayor o menor, de inflamación potencial asociado a su alimentación, para lo cual utilizaron el denominado ‘Índice de Inflamación de la Dieta’ (IID).

Pero, exactamente, ¿qué es este IID? Pues, básicamente, un parámetro que indica los niveles sistémicos –esto es, en el conjunto del organismo– de citoquinas proinflamatorias asociados al consumo de unos nutrientes específicos. Así, y cuanto mayor sea la inflamación promovida por los nutrientes contenidos en la dieta, mayor será el índice inflamatorio de ese tipo de alimentación.

Es importante seguir una dieta rica en alimentos antiinflamatorios para prevenir la aparición de enfermedades inflamatorias

Como indica Georgios Kotsakis, «consideramos que los pacientes seguían una dieta pro-inflamatoria si su alimentación era particularmente rica en carbohidratos, grasas trans o conllevaba una elevada ingesta calórica».

Los resultados mostraron que, comparados frente a aquellos en el cuartil más bajo de IID –o lo que es lo mismo, el 25% de los participantes cuya alimentación se asociaba al menor IID–, los adultos en el cuartil más alto habían sufrido de media la pérdida adicional de 0,84 piezas dentales. Una diferencia notable –supone prácticamente la pérdida de un diente– relacionada directamente con la dieta y que se mantuvo invariable en todos los subgrupos de edad, incluido el de mayores de 50 años.

Como refiere el director de la investigación, «es importante seguir una dieta rica en alimentos antiinflamatorios, caso de los ácidos grasos omega-3, la fibra y la vitamina D, para prevenir la aparición de enfermedades inflamatorias».

Higiene y alimentación

En definitiva, y con objeto de evitar la pérdida de nuestras piezas dentales, debemos prestar una especial atención no solo a nuestra higiene oral, sino también a nuestra alimentación. Y durante toda la vida, dado que la inclusión en la dieta de nutrientes pro-inflamatorios aumenta el riesgo de perder nuestras piezas dentales a cualquier edad.

Como concluyen los autores, «la adherencia a una dieta antiinflamatoria se asocia con una menor pérdida de piezas dentales. Así, nuestros resultados sugieren que los patrones dietéticos son un factor modificable para la pérdida dental en la población adulta y apoyan la prevención de la pérdida de piezas dentales en la agenda de intervenciones dietéticas de salud pública para prevenir las enfermedades inflamatorias crónicas».

 

FUENTE: http://www.abc.es/salud/sepa/abci-dietas-ricas-carbohidratos-y-grasas-trans-promueven-perdida-nuestros-dientes-201707251339_noticia.html

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¿La periodontitis también se asocia a un mayor riesgo de ceguera?

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La periodontitis o ‘enfermedad de las encías’, comúnmente conocida como piorrea, es una patología básicamente caracterizada por la inflamación y sangrado de las encías. Una enfermedad que, en caso de no ser tratada, no solo provoca la destrucción de la masa ósea que sustenta las piezas dentales –lo que conlleva a la pérdida irreversible de los dientes–, sino que se asocia a distintas patologías muy graves y potencialmente mortales. Es el caso, entre otras, de las enfermedades cardiovasculares, de la diabetes o de distintos tipos de cáncer. Pero aún hay más. La periodontitis crónica también puede provocar una pérdida de la visión e, incluso, la ceguera. Y es que como han demostrado numerosos estudios, también se asocia a la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Y ahora, investigadores de la Universidad de Augusta (EE.UU.), han descubierto el porqué de esta asociación.

Como explica Pachiappan Arjunan, director de esta investigación presentada en el marco de la XLVII Reunión Anual de la Asociación Americana para la Investigación Dental (AADR) que se está celebrando en Fort Lauderdale (EE.UU.), «nuestro trabajo es el primero en demostrar la asociación entre la infección por un patobionte oral y la patogénesis de la DMAE y que ‘Porphyromonas gingivalis’ puede invadir las células epiteliales del pigmento retinal humano y aumentar la expresión de genes relacionados con la DMAE».

 

Alteración de la regulación genética

La DMAE es una de las principales causas de pérdida de visión en la población mayor de 50 años. De hecho, y junto al glaucoma y las cataratas, constituye la primera causa de ceguera en todo el mundo. Y es que si bien los afectados cuentan desde hace una década con tratamientos para frenar su progresión, aún a día de hoy no existe ningún tratamiento capaz de curarla.

Concretamente, la DMAE se produce por una degeneración progresiva de la parte central de la retina –el área conocida como ‘mácula’– por la acumulación de depósitos de materiales extracelulares denominados ‘drusas’ –DMAE seca o atrófica– o por el crecimiento anómalo de vasos sanguíneos –DMAE húmeda o exudativa–. El resultado es que los afectados pierden gradualmente su visión central –que no así la periférica– y, por tanto, su capacidad para leer, conducir, ver la televisión o reconocer las caras de las personas.

‘Porphyromonas gingivalis’ puede invadir las células epiteliales del pigmento retinal humano y aumentar la expresión de genes relacionados con la DMAE

Llegados a este punto, ¿cómo se explica que la periodontitis pueda estar relacionada con la DMAE? Pues la verdad es que no se sabe. De hecho, el título del nuevo estudio es bastante explicativo: ‘Investigando la enigmática asociación entre la inflamación periodontal y la degeneración de la retina’. Pero parece que este trabajo ha encontrado el nexo de unión entre ambas enfermedades: la bacteria ‘P. gingivalis’, microorganismo simbionte, esto es, que vive en ‘simbiosis’ en la cavidad oral pero que en determinadas situaciones puede desencadenar una patología –de ahí el término ‘patobionte’.

En el estudio, los autores utilizaron cultivos de células epiteliales del pigmento retinal humano y los infectaron con distintas cepas de ‘P. gingivalis’. ¿Y qué pasó? Pues que de acuerdo con los resultados, la cepa 381 de la bacteria fue muy eficaz a la hora de infectar las células. Pero aún hay más. La técnica de reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa (qPCR) reveló que la infección incrementó la expresión de genes implicados en la supresión del sistema inmune y en la formación de nuevos vasos sanguíneos –la consabida ‘angiogénesis’.

Más allá de las encías

El siguiente paso fue recurrir a un modelo animal –ratones– al que se le inoculó la bacteria ‘P. gingivalis’ directamente en la retina. Y en este caso, los resultados mostraron que la inyección provocó la aparición de efectos asociados a la DMAE.

Entonces, ¿puede afirmarse que ‘P. gingivalis’ causa, además de la periodontitis, la DMAE? Pues no. Los resultados solo muestran una asociación, no una relación del tipo ‘causa y efecto’. Sin embargo, los autores han llevado sus estudios más allá y publicarán próximamente un artículo en el que, efectivamente, se describe el papel causal de esta bacteria en la patogénesis de la DMAE.

 

FUENTE: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-periodontitis-tambien-asocia-mayor-riesgo-ceguera-201803231559_noticia.html

 

 

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Un compuesto del vino tinto podría prevenir las caries y combatir la enfermedad de las encías

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Bebe con moderación es saludable

Beber moderadamente vino es bueno para la salud, posiblemente debido a los polifenoles abundantes de la bebida. Ahora, investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), han hallado que los polifenoles también podrían ser buenos para salud oral, especialmente para la caries dental y la enfermedad de las encías.

Los investigadores españoles han descubierto que los polifenoles ayudan a evitar la presencia de las bacterias en la boca. Ahora bien, destacan, eso no quiere decir que se encienda una ‘luz verde’ para beber más vino tinto.

Algunos beneficios para la salud de los polifenoles se han atribuido al hecho de que estos compuestos son antioxidantes, lo que significa que probablemente protejan al cuerpo del daño causado por los radicales libres. Sin embargo, estudios recientes indican que los polifenoles también podrían promover la salud al interactuar activamente con las bacterias en el intestino. Eso tiene sentido porque las plantas y las frutas producen polifenoles para evitar la infección por bacterias dañinas y otros patógenos.

Los investigadores españoles han descubierto que los polifenoles ayudan a evitar la presencia de las bacterias en la boca

El equipo de M. Victoria Moreno-Arribas quería saber si el vino y los polifenoles de la uva también protegerían los dientes y las encías, y cómo esto podría funcionar a nivel molecular.

En el estudio que se publica en «Journal of Agricultural and Food Chemistry», los científicos analizaron si los polifenoles del vino también podrían ser buenos para la salud oral. Así, los investigadores comprobaron el efecto de dos polifenoles del vino tinto, así como extractos de uva y vino tinto comercialmente disponibles, en bacterias que se adhieren a los dientes y las encías y causan placa dental, caries y enfermedad periodontal.

Y los resultados mostraron que los polifenoles del vino y los extractos redujeron la capacidad de las bacterias para adherirse a las células, pero los polifenoles, ácidos cafeico y p-cumárico, fueron más efectivos. Cuando se combina con Streptococcus dentisani, que se cree que es un probiótico oral, que estimula el crecimiento de buenas bacterias, los polifenoles fueron aún más eficaces a la hora de inhibir las bacterias patógenas.

Los hallazgos, señalan, podrían conducir a nuevos tratamientos dentales.

FUENTE: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-compuesto-vino-tinto-podria-prevenir-caries-y-combatir-enfermedad-encias-201802211848_noticia.html

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La salud bucal, una gran aliada contra la diabetes de tipo 2

Imagen de archivo - RADU SIGHETI

Un estudio clínico llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la UB demuestra que el control de la diabetes de tipo 2 mejora sensiblemente cuando el paciente tiene un cuidado especial de los problemas dentales y bucales.

La diabetes de tipo 2, la forma más común de esta enfermedad, va acompañada con frecuencia de patologías periodontales y en este nuevo trabajo se ha comprobado que «no sólo hay una relación que va de la diabetes a la enfermedad periodontal, sino que también existe la relación inversa, de la enfermedad periodontal en la diabetes», según Miquel Viñas, uno de los responsables de la investigación.

El estudio concluye que «el tratamiento no quirúrgico de la periodontitis mejora el estado «glucémico» y por tanto se demuestra inequívocamente la «extrema» importancia del cuidado de las afecciones bucales en estos tipos de enfermos. 

El estudio se ha llevado a cabo a partir de noventa pacientes con diabetes de tipo 2 que han recibido seis meses de tratamiento oral mientras se les hacía un control de la hemoglobina glicosilada.

El trabajo, publicado en la revista ‘The Journal of Clinical Periodontology’, ha sido dirigido por el catedrático de Microbiología Miquel Viñas, que también es investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge y por el profesor de Medicina Oral y director médico del Hospital Odontológico de la UB, José López López.

 

FUENTE: http://www.abc.es/espana/catalunya/barcelona/abci-salud-bucal-gran-aliada-contra-diabetes-tipo-2-201801311708_noticia.html

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Coronas de resina vs. coronas de circonio en Odontopediatría

Los autores realizan una comparación entre las coronas de resina y las coronas de circonio para determinar las diferencias que existen entre ambos materiales con objeto de optar por el procedimiento más adecuado en odontopediatría.

En 1979, Donley presentó una nueva técnica de rehabilitación oral del sector anterior para pacientes infantiles, la cual es económica y ofrece una buena opción estética, aunque no es muy resistente: las coronas de resina directas.

El óxido de circonio se ha utilizado en la odontología clínica durante aproximadamente una década, y se han publicado diversos informes sobre el rendimiento clínico y la supervivencia de las restauraciones a base de circonio. Las restauraciones de circonio están dentro de un rango aceptable para satisfacer las necesidades clínicas. En cuanto a la resistencia a la fractura, tienen el potencial de soportar las fuerzas oclusales fisiológicas aplicadas en la región posterior, y por lo tanto ofrecer alternativas interesantes para restauraciones de metal cerámica, así como un nivel moderado de transparencia, que es adecuado para casos estéticamente exigentes como la restauración de los dientes anteriores superiores.

Los tratamientos restauradores descritos en este artículo se aplican después de traumatismos y caries amplias que imposibilitan su reconstrucción de manera habitual, los cuales son de mayor recurrencia en niños.

Basándonos en las propiedades de cada material, podemos determinar que las coronas de circonio nos brindan más ventajas que las de resina, ya que proporcionan una mejor estética, resistencia y durabilidad.

La caries dental es una disbiosis (desequilibrio microbiano) (Simon-Soro)1 y enfermedad multifactorial que afecta las estructuras mineralizadas de los dientes (esmalte y dentina) y el cemento. Es crónica y, generalmente, cuando no se trata, progresa hasta la destrucción total de la pieza dentaria. Cuando los niños pierden precozmente sus dientes primarios, sea por trauma o por caries, necesitamos rehabilitarlos estética y funcionalmente hasta que ocurra la aparición de los dientes sucesores permanentes1.

La forma tradicional de restaurar dientes anteriores temporales desde 1950 es la utilización de coronas de acero cromo. Aunque este tipo de restauraciones cumplen con los requisitos funcionales, su apariencia estética no es del todo aceptada2.

Varias alternativas terapéuticas se han utilizado para restaurar la zona anterosuperior de los dientes primarios con la finalidad de dar una apariencia estética, y tener una opción diferente a la corona metálica. Una de las primeras propuestas la hace Kopel (1967)3 con las coronas fenestradas (facial cut-out stainless steel crown [SSC]), que consistía en una fenestración de la cara vestibular de la corona para ser rellenada con resina compuesta. Por otra parte, las coronas de celuloide (strip crown, Pedo-form), introducidas en la década de 1970, contienen fundas de celuloide de resina compuesta para ser adheridas posteriormente al diente preparado. Las coronas prefabricadas con frente estético (resin-veneered SSC), introducidas en la década de 1990, son coronas prefabricadas con materiales como resinas compuestas o bien termoplásticas, están adheridas a coronas de acero-cromo (NuSmile crowns, Kinder-Crowns, Cheng-Crowns, Dura Crowns, Whiter Biter II). Las coronas metálicas con frente estético previamente farbicadas en el consultorio, así como las coronas de policarbonato (Artglass), han surgido en su momento como alternativas terapéuticas por ser materiales excelentes para el recubrimiento de dientes primarios; sin embargo, algunas han fallado en durabilidad, fracturas, pérdida, color, etc., por lo que se continúa en la búsqueda de aquellas que proporcionen el mejor resultado4.

Las nuevas coronas hechas de circonio monolítico, introducidas al mercado a finales de la década pasada, ofrecen una alternativa estética adecuada y tienen como principal ventaja el color y la durabilidad; empero, los reportes de su uso en dientes primarios se ha limitado solamente a casos aislados. Son consideradas como la mejor alternativa estética de todas, aunque tienen sus indicaciones precisas4.

Para la elección del material de restauración en dentición primaria no solo se deben tomar en cuenta las consideraciones técnicas, sino algunos factores como la edad, el riesgo de caries y la cooperación del niño5.

El objetivo de este artículo es la revisión de las ventajas y desventajas de las coronas de resina frente a las coronas de circonio, con el fin de contribuir al conocimiento teórico de estas excelentes alternativas clínicas.

Caries dental

Para Boj y col4 la caries dental en el niño es una enfermedad infecciosa de origen microbiano, localizada en los tejidos duros dentarios, que se inicia con una desmineralización del esmalte por ácidos orgánicos producidos por bacterias orales específicas que metabolizan a los hidratos de carbono de la dieta5.

Por etiología, para Keyes (1960)6 la caries se considera una enfermedad multifactorial, en la que interactúan factores dependientes del huésped, la dieta y la placa dental. El autor representa esta multifactoriedad con tres círculos sobrelapados, en los cuales cada círculo representa un factor. Al coincidir los tres en un punto, este punto representa la enfermedad. Los factores o variables son: dieta, huésped, microorganismo. Newbrun (1978)7 agregó un cuarto factor: el tiempo, y denominó al huésped como hospedero y a la dieta como sustrato. Actualmente, a la placa dental se la denomina biofilm8.

Franco9 define la caries como una enfermedad crónica que envuelve la destrucción dentaria, la cual conduce a pérdida de función masticatoria y una apariencia no estética del diente afectado, y es el resultado de un proceso en el cual los constituyentes minerales del diente, principalmente calcio y fosfato, son removidos al disolverse la hidroxiapatita por ácidos orgánicos producidos por las bacterias que habitan en el biofilm adherido a la superficie del diente9.

El Streptococcus mutans es la bacteria más cariógena en sistemas animales. En presencia de sacarosa, el S. mutans produce un glucano extracelular (glicocálix), que le permite establecerse sobre las superficies dentarias y formar una placa adhesiva (inicio de biofilm) y sumamente cariógena. El S. mutans no es patógeno de por sí, se convierte en patógeno cuando se agrega sacarosa a la dieta. Los sitios predilectos para la formación de caries en la dentición primaria son fosas, fisuras, superficies proximales y partes gingivales de superficies lisas libres10.

El tratamiento restaurador en dentición primaria tiene por objetivo reparar o limitar el daño producido por la caries, proteger y preservar la estructura dental, restablecer la función y la estética y permitir una correcta higiene bucal11.

Coronas

Las coronas son restauraciones que van a sustituir de manera completa la porción coronal del diente. Para dientes primarios se utilizan coronas de acero inoxidable prefabricadas. El éxito de las mismas se ha descrito hace 70 años, y constituyen el método ideal para restaurar dientes primarios severamente destruidos. Sus funciones incluyen la restauración del correcto contorno mesio-distal y gíngivo-oclusal del diente, preservación de la estructura dentaria remanente y la integridad del perímetro del arco por medio de correctos contactos proximales12.

La inflamación del tejido circundante gingival es un problema frecuentemente asociado con las coronas de acero inoxidable. La incidencia de gingivitis se ha notificado ser mayor alrededor de un mal ajuste de coronas que se consideran como bien adaptadas. La superficie pulida de una corona de acero inoxidable puede ser un factor importante que influye en la cantidad de acumulación de biofilm. Para evitar esto, se ha recomendado el pulido de estas coronas con diversas combinaciones de ruedas abrasivas13.

La pérdida prematura de los dientes posteriores primarios usualmente trae como resultado la pérdida de espacio, ya que los dientes se van mesializando. Owen14 encontró que el 96% de los espacios de los dientes que se extrajeron presentan cierre de espacio en 1 año14.

A pesar de sus cualidades favorables, las coronas de acero inoxidable tienen una desventaja importante, a saber, su mal aspecto estético. Existe una creciente demanda por parte de los padres para reemplazar los dientes de sus hijos con restauraciones estéticas, lo que resulta en un aumento del uso de materiales compuestos a base de resina y ionómero de vidrio.

En odontología estética existen nuevas técnicas y materiales que mejoran la capacidad del clínico para proporcionar servicios más naturales desde el punto de vista del color15.

Vea todo el artículo y las fotos en la Edición Digital.

 

FUENTE: https://la.dental-tribune.com/news/coronas-de-resina-vs-coronas-de-circonio-en-odontopediatria/

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Erosión dental: ojo a lo que come y a la forma como lo hace

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Por mucho tiempo, el coco de la salud bucodental fueron las caries. Sin embargo, no son pocos los odontólogos que han comenzado a alertar que mientras la primera disminuye su prevalencia, los problemas causados por la erosión dental se incrementan.

El odontólogo Jorge Enrique Martínez Duque, especialista en odontología preventiva y autor del libro ‘Higiene oral siglo XXl’, explica que si bien en ambos males se destruyen los tejidos del diente con el resultado de sensibilidad, debilidad y dolor, en el caso de las caries se debe a la acción de microorganismos y en la erosión, a agentes químicos.

En su estado severo, la erosión dental se manifiesta en los pacientes con un color más amarillento de lo normal en los dientes, pues la pérdida de la primera capa (esmalte) deja expuesta la de la dentina, que exhibe ese tono.

Lo más grave, según el odontólogo, es que el esmalte o tejido deteriorado nunca se recupera y por lo tanto cualquier intervención es de tipo preventivo.

Martínez indica que esta enfermedad se presenta cuando ácidos de origen interno y externo desgastan el esmalte y la dentina, dos capas que recubren el diente. Los ácidos internos, es decir los producidos por el cuerpo, suelen tener contacto con los dientes en pacientes con reflujo gastroesofágico, gastritis, trastornos que producen vómito como bulimia, anorexia o alcoholismo, mientras que los externos vienen principalmente del consumo de alimentos y bebidas con pH (grado de acidez) muy altos, aunque también puede provenir del contacto con piscinas con cloro.

En ese sentido, quienes consumen frecuentemente productos de estas características, como vino, café y té, están más expuestos a la destrucción del esmalte, según el experto. “Los productos con pH altos atacan los minerales que componen esa capa de protección, que son calcio y fosfato y agua”, sustenta.

Hay otros alimentos que al consumirse de manera frecuente influyen en ese deterioro, como bebidas gaseosas carbonatadas, energizantes, isotónicas o frutas ácidas y su versión en jugo, dice Martínez.

Christian Salazar, odontólogo especialista en rehabilitación oral y estética, afirma por su parte que la severidad de la erosión depende de los hábitos de higiene de cada persona, por lo que es importante recordar la visita constante a los especialistas para revisar la salud dental.

También la forma

Pero no es solo el tipo de alimentos lo que influye en la aparición de la erosión dental. Una investigación reciente del King’s College London determinó que también afecta en la incidencia de esta enfermedad el momento en que se comen y se beben.

El estudio fue revisado por el ‘British Dental Journal’ y analizó los resultados de una investigación anterior del Guy’s Hospital de Londres, que comparó la dieta de 300 personas con erosión dental severa y 300 sin ella. Lo que encontraron fue que los diferentes comportamientos al comer aumentan el riesgo de desarrollar la afección que afecta a más del 30 por ciento de los adultos en Europa, según destaca la publicación.

El riesgo principal se dio cuando los alimentos y bebidas ácidos fueron ingeridos entre comidas. De acuerdo con la universidad, aquellos que consumieron bebidas ácidas dos veces al día entre comidas, como refrescos, agua con una rodaja de limón o tés con sabor a fruta caliente tuvieron 11 veces más probabilidades de tener una erosión dental moderada o grave. Esta cifra, no obstante, se redujo a la mitad cuando las bebidas se consumían con las comidas.

Una nota de prensa de la universidad anota también que los investigadores identificaron una variedad de alimentos, bebidas y medicamentos que tienen el potencial de ser erosivos. El principal de ellos eran las bebidas a las que les habían agregado aromas de fruta o fruta. “Al agregar aromatizantes de frutas o frutas se incrementó enormemente el potencial erosivo de la bebida, poniéndola a la par con las bebidas azucaradas”, advirtieron.

Por otra parte, el estudio también encontró que las bebidas azucaradas afectan por igual si tienen o no azúcar; que sorber, agitar, sostener o enjuagar estas gaseosas en la boca aumenta el riesgo por un contacto más fuerte y duradero con las superficies dentales, y que las bebidas calientes y los dulces son aún más predisponentes para este mal. Y claro que es más posible que esto ocurra cuando el consumo es constante.

“Es bien sabido que una dieta ácida se asocia con el desgaste dental erosivo; sin embargo, nuestro estudio ha demostrado el impacto de la forma como se consumen alimentos y bebidas ácidas”, concluyó el autor principal del estudio, Saoirse O’Toole.

Lo que la causa

  • – Una mala higiene oral.
  • – Ácidos de origen interno.
  • – Alimentos como vino, café, té, cerveza, bebidas gaseosas, energizantes, isotónicas, frutas cítricas y su versión en jugo.
  • – Bebidas calientes.
  • – Algunos medicamentos.

Lo que la evita

  • – Alimentos con alto contenido de fibra y bajos en azúcares.
  • – Visita constante al odontólogo.
  • – Una higiene oral adecuada.
  • – Cepillarse tras consumir alimentos o bebidas con pH alto y no antes.
  • – Usar cremas dentales o enjuagues con flúor o fluoruro de estaño, que ayudan a la resistencia del diente ante el ácido.
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¿Por qué las mujeres tienen más riesgo de sufrir problemas bucodentales?

Una investigación publicada en el Journal of Periodontology reveló que las mujeres son más disciplinadas cuidando su boca pero los cambios hormonales femeninos suelen afectar a la salud bucodental.

Aunque a priori podría pensarse que no hay grandes diferencias entre la salud bucodental de hombres y mujeres, hay que recordar que los cambios hormonales nos afectan de manera distinta, el diámetro de los dientes es diferente también, así como la predisposición a padecer determinadas enfermedades orales.

Así pues, una investigación publicada en el Journal of Periodontology reveló que las mujeres son más disciplinadas cuidando su boca (se cepillan los dientes casi el doble de veces que ellos) pero los cambios hormonales femeninos suelen afectar a la salud bucodental. Según la doctora Beatriz Iglesias Sánchez, ortodoncista en las Clínicas de Ortodoncia Pérez Varela ”en concreto, las mujeres tienen mayor predisposición a tener problemas periodontales (inflamación de las encías). El incremento de las hormonas femeninas, hace que las encías sean más vulnerables a la acción de la placa bacteriana”.

Pero, además, existe aún más diferencia según avanza la edad y las mujeres mayores tienen más predisposición a perder piezas dentales que los hombres.

En este sentido, hay periodos vitales concretos de la mujer en los que las encías van a estar más susceptibles a la inflamación y, por lo tanto, se eleva el riesgo de sufrir enfermedades bucales: pubertad, embarazo, antes de la menstruación y menopausia, así como durante el consumo de anticonceptivos orales.

Asimismo, durante la pubertad hay más riesgo de inflamación en las encías (y el consiguiente sangrado) por la conocida como ‘gingivitis puberal’, que está asociada a los incrementos de las hormonas sexuales, estrógenos y progesterona. Estos cambios hormonales aumentan la circulación sanguínea en las encías, lo que favorece una respuesta inflamatoria exagerada a la acción de las bacterias.

El incremento de las hormonas femeninas, hace que las encías sean más vulnerables a la acción de la placa bacteriana

”Algunas mujeres justo antes de que les venga la regla padecen gingivitis menstrual, por lo que las encías se inflaman, se pueden poner más rojas, con más tendencia al sangrado y hasta pueden aparecer úlceras en los carrillos” explica la doctora.

Por otro lado, el embarazo es otra etapa en la que aumentan los problemas periodontales, ya que durante la gestación es habitual que las encías se inflamen y sangren por la conocida como ‘gingivitis gravídica’.

La ortodoncista de las Clínicas Pérez Varela aclara que ”este es uno de los motivos por los que, a pesar de que no existe ningún problema que contraindique el tratamiento de ortodoncia durante el embarazo, mientras se está embarazada recomendamos esperar a que nazca el bebé antes de comenzar un tratamiento ortodóncico, porque durante la gestación los cambios hormonales provocan una mayor gingivitis que puede verse agravado por factores irritantes. El elemento que habitualmente crea mayor gingivitis es la placa dental y los aparatos de ortodoncia aumentan las probabilidades de retener placa si no se realiza una correcta limpieza oral”.

Más allá de las molestias propias de la gingivitis, se calcula que el riesgo de parto prematuro se puede llegar a triplicar si la madre tiene periodontitis. También existen investigaciones que vinculan el aumento de tiempo que una mujer tarda en quedarse embarazada con la enfermedad periodontal. El control del estado de las encías es fundamental en casos de diabetes gestacional, para evitar complicaciones tanto para la madre como para el feto.

Además, la menopausia también es un periodo crítico para la salud bucodental porque la reducción de los niveles de estrógenos propia de la menopausia disminuye el efecto antiinflamatorio que tienen estas hormonas sobre la encía. También afecta la reducción de progesterona, que hace que haya menos densidad ósea y aumenta el riesgo de osteoporosis.

El déficit de estrógenos propio de esta etapa de la vida de la mujer altera significativamente los tejidos de la boca, donde se produce una menor secreción, modificaciones en la composición bioquímica de la saliva y desórdenes en la flora bucal.

El descenso de la producción de hormonas durante la menopausia provoca modificaciones en la mucosa bucal, las encías y el hueso que sostiene los dientes. Esto puede alterar la forma de los dientes, que pierdan color e incluso provocar su pérdida.

También se producen otros síntomas como la sequedad bucal o xerostomía, el síndrome de ardor bucal, gingivitis descamativa, caries radiculares (al quedar al descubierto la zona de la raíz del diente a consecuencia de la gingivitis descamativa, se incrementa el riesgo de caries), así como enfermedades periodontales y pérdida de dientes.

Estos periodos de cambios hormonales también pueden influir en la aparición de las aftas (pequeñas úlceras que se producen en la mucosa bucal y suelen salir en el interior de las mejillas, lengua, en la base de las encías, paladar blando y en los labios).

Lo habitual es que surjan entre los 10 y 19 años debido a los cambios hormonales que se producen de la infancia a la adolescencia y en el paso de la adolescencia a la época adulta. También pueden aparecer por ansiedad o estrés, o a raíz de enfermedades como algunos tipos de cáncer (leucemias, linfomas…) o patologías autoinmunes o sistémicas.

No obstante, la doctora Beatriz Iglesias Sánchez, recomienda que ”para que estos problemas de salud bucodental no acaben empeorando la calidad de vida es necesario extremar los hábitos de higiene oral durante estas etapas y acudir de forma regular al odontólogo para que este valore si es necesario someterse a algún tipo de tratamiento”.

FUENTE: https://www.consalud.es/estetic/bienestar/por-que-las-mujeres-tienen-mas-riesgo-de-sufrir-problemas-bucodentales_47948_102.html

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Ángeles tiene síndrome de down y se recibió de asistente dental

Ángeles es una joven cordobesa, que consiguió cumplir su sueño de recibirse de asistente dental luego de un gran esfuerzo. La recién graduada tiene Síndrome de Down, pero demostró que cursó y estudió a la par de sus compañeros.

“Con mucho estudio y mucho esfuerzo”, comentó Ángeles cuando se le consultó cómo había sido su paso por la universidad y su experiencia para cumplir su sueño.

Ahora, Ángeles ya recibida, se dedicará a aplicar sus conocimientos en su trabajo ya que ahora consiguió trabajar en un consultorio.

 

FUENTE: https://ar.cienradios.com/alegria-total-angeles-tiene-sindrome-de-y-se-recibio-de-asistente-dental/

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La bacteria de la periodontitis puede desencadenar el cáncer

(Imagen: Marcelo Ricardo Daros/Shutterstock)

Una investigación ha relacionado el papel de una bacteria fuertemente asociada con la periodontitis con el desarrollo del cáncer oral y otras malignidades. En un segundo estudio, también se encontró un vínculo entre la periodontitis y la mortalidad por cáncer en la población.

El primer estudio demostró por primera vez la existencia de un mecanismo a nivel molecular a través del cual una bacteria asociada con la periodontitis, Treponema denticola, puede contribuir también a la carcinogénesis. Los investigadores encontraron que el factor de virulencia primario de T. denticola, una proteinasa similar a la quimotripsina, se produce también en tumores malignos del tracto gastrointestinal, por ejemplo en el cáncer de páncreas. Según otro estudio, la enzima tiene la capacidad de activar las enzimas que las células cancerígenas usan para invadir el tejido sano. Al mismo tiempo, la proteinasa disminuyó la efectividad del sistema inmune inactivando las moléculas conocidas como inhibidores de enzimas.

En el segundo estudio, se demostró que la periodontitis está claramente asociada con la mortalidad por cáncer en la población. Se encontró un vínculo especialmente fuerte con la mortalidad debida al cáncer de páncreas. Aproximadamente 70,000 finlandeses participaron en este estudio de seguimiento de diez años.

“Estos estudios han demostrado por primera vez que los factores de virulencia de la bacteria patógena central subyacente a la enfermedad de las encías se pueden diseminar de la boca a otras partes del cuerpo, muy probablemente junto con las bacterias, y participan en los mecanismos centrales de la enfermedad, la destrucción del tejido relacionada con el cáncer”, declaró el profesor Timo Sorsa de la Universidad de Helsinki.

Los investigadores concluyeron que la inflamación sistémica de bajo grado relacionada con la periodontitis facilita la propagación de las bacterias orales y sus factores de virulencia a otras partes del cuerpo. Señalaron que la prevención y el diagnóstico precoz de la periodontitis son muy importantes, tanto para la salud bucal de los pacientes como para su bienestar general.

“A la larga, esto es extremadamente rentable para la sociedad”, señaló Sorsa.

Los estudios fueron conducidos por grupos de investigación liderados por Sorsa, el Prof. Caj Haglund, el Dr. Jari Haukka y el Dr. Jaana Hagström de la Universidad de Helsinki.

El primer estudio, titulado “Treponema denticola chymotrypsin-like proteinase may contribute to orodigestive carcinogenesis through immunomodulation”, se publicó en línea en noviembre de 2017 en el British Journal of Cancer. El segundo estudio, titulado “Periodontitis and cancer mortality: Register-based cohort study of 68 273 adults in 10-year follow-up”, se publicó en enero de 2018 en el International Journal of Cancer.

 

FUENTE: https://la.dental-tribune.com/news/la-bacteria-de-la-periodontitis-puede-desencadenar-el-cancer/