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¿Por qué hay dolor tras una endodoncia?

La endodoncia de un diente, también conocida como tratamiento de conductos o matar el nervio, hace referencia al procedimiento que consigue eliminar el tejido pulpar (nervio y vasos sanguíneos) infectado de los conductos de la raíz del diente, y posteriormente, rellenar y sellar los conductos radiculares con un material específico.

De manera que, la gran mayoría de dientes después de ser endodonciados, no vuelven a presentar signos u otros síntomas de dolor. Lo más normal, es presentar una ligera molestia o cierta sensibilidad en la zona tratada durante un rato, ya que el dentista ha anestesiado y manipulado el diente y su tejido circundante.

Sin embargo, podemos encontrarnos con situaciones en las que el diente pueda presentar algún dolor o inflamación una vez transcurrido el tiempo de proceso de curación natural del cuerpo.

Una de las posibles causas, puede ser el hecho de que no se haya conseguido eliminar todo el tejido pulpar infectado del diente en el momento de la endodoncia. Esta desinfección incompleta del nervio puede deberse a la imposibilidad de acceder a zonas anatómicamente difíciles del diente, como, por ejemplo, calcificaciones de los conductos de la raíz o curvaturas acentuadas de las mismas.

Otras veces, puede ser debido a la presencia de conductos accesorios, que no han sido localizados ni desinfectados durante la endodoncia, como también, la presencia previa de una infección severa, que indique la realización de más de una sesión para llegar a desinfectar el diente completamente.

En estos dos casos descritos, se debe proceder a realizar un tratamiento conocido como reendodoncia, que consiste en el retratamiento del nervio del diente, para asegurarnos de limpiar correctamente la totalidad de tejido infectado que presente.

Asimismo, una situación que podemos encontrarnos es la presencia de fisuras o fracturas del diente endodonciado. Este hecho puede ser debido a la mayor debilidad y menor resistencia que presenta el diente una vez endodonciado frente a las fuerzas de la masticación. De manera que, el diente es más susceptible a la rotura y consecuentemente, puedan colonizar bacterias que pueden reavivar una infección o bien, según el tipo de fractura, se debe optar por la extracción del diente.

Finalmente, es importante llevar a cabo un buen control del diente que ha sido endodonciado, para poder realizar el tratamiento indicado de manera precoz, y no esperar a que la infección progrese y el diente pueda encontrarse gravemente afectado.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/dolor-tras-una-endodoncia/

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¿Qué es la sinusitis de origen dental?

Las lesiones inflamatorias que afectan a los senos paranasales reciben el nombre genérico de sinusitis y pueden localizarse en las cavidades sinusales, haciendo uso de la vía nasal, bucal u odontógena. En este artículo, vamos a comentar la a sinusitis odontógena de origen dental.

La sinusitis odontógena hace referencia a la inflamación de la mucosa que cubre los senos paranasales debido a una comunicación bucosinusal.

El seno maxilar posee una forma irregular y se encuentra localizado de manera próxima a las raíces de los dientes molares y premolares superiores. En ocasiones, las raíces de estos sientes pueden proyectarse hacia el interior del seno maxilar.

De manera que, cualquier afectación de estos dientes puede comprometer a las cavidades paranasales por su estrecha comunicación.

Origen de la sinusitis maxilar de origen dentario

Como posibles causas dentarias de la sinusitis maxilar encontramos los abscesos periapicales, infección periapical crónica, lesiones periodontales extensas o perforaciones del piso (suelo) o mucosa que recubre el seno maxilar durante una extracción dental.

Asimismo, pueden contribuir como causa las raíces dentarias y cuerpos extraños que se introducen en la cavidad durante la realización de maniobras quirúrgicas cercanas a los senos maxilares. No es necesario que el diente este infectado en el momento de la extracción para dar lugar a una sinusitis maxilar. Es muy probable que, alguna infección introducida desde la cavidad oral pueda ocasionar la sinusitis.

Dentro del grupo de otros factores causales de la sinusitis maxilar no odontógena, podemos encontrar: el resfriado común, enfermedades exantematosas, alergias, obstrucción nasal, anormalidades mucociliares etc.

Los senos maxilares pueden estar afectados por un gran número de agentes infecciosos (virus, bacterias y hongos). Las dos bacterias más frecuentemente causantes de la sinusitis son el Streptococcus pneumoniae y Haemophilius influenzae. Se pueden clasificar según su duración o curso clínico de la patología en: sinusitis aguda (días o semanas) o sinusitis crónica (semanas o meses).

La sintomatología clínica de la sinusitis odontógena consta de congestión u obstrucción nasal, faringitis, dolor ocular, secreción nasal patológica y cefalea, halitosis o mal olor del aliento, disgeusia o alteración de la percepción del gusto, entre otras.

Tratamiento de la sinusitis maxilar odontógena

El principal tratamiento ante la sinusitis maxilar de origen dentario es extraer toda la patología e inflamación del seno maxilar y cerrar aquella lesión que ha dado entrada a la infección mediante un procedimiento quirúrgico.

Es importante la intervención de un odontólogo especialista para que desbride bien la infección dentro del seno maxilar. En los casos donde encontramos la raíz dentro del seno maxilar, es necesario el abordaje quirúrgico para extraerla y posteriormente, cerrar la comunicación. Previamente, es necesario un buen examen clínico y radiográfico para su mejor abordaje.

Asimismo, es imprescindible un tratamiento antimicrobial mediante la administración de fármacos como los antibióticos Amoxicilina o Ampicilina, ambos son efectivos y seguros.

Como también, una terapia de apoyo mediante gotas nasales de solución salina, descongestionantes y antiinflamatorios.

Para finalizar, siempre es muy importante tener un control regular con el dentista de la zona donde se ha realizado cualquier extracción dental como también, de algún síntoma de dolor u otro, que nos haga sospechar de cualquier posible interferencia con la curación normal de la zona.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/la-sinusitis-origen-dental/

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¿Qué es el esmalte dental y cuál es su composición?

El esmalte dental es el tejido más duro del organismo y constituye la capa más externa del diente. Se localiza en la totalidad de la corona dental, es decir, la parte visible del diente y se encuentra en contacto con el medio bucal.  

El esmalte maduro está compuesto por un porcentaje elevado de matriz inorgánica, cristales de hidroxiapatita (el mineral más duro del cuerpo humano), con minerales de calcio y fosfatos que le ofrece mayor resistencia. El esmalte tiene origen ectodérmico, acelular, avascular y sin inervación. El espesor máximo del esmalte es entre 2-3mm.  El esmalte se relaciona con el medio bucal en su superficie externa, con la dentina (capa intermedia del diente) y con el cemento su parte cervical de la corona, es decir, en el cuello dentario donde se inicia la raíz.

Entre las propiedades físicas del esmalte encontramos su elevada dureza gracias a su alto contenido mineral y organización de los cristales. El color varía entre el blanco amarillento a gris, presenta translucidez, escasa permeabilidad y alta radiopacidad. De manera que, el color de la capa subyacente al esmalte, es decir, la dentina, es la que determina el color al diente y se trasluce a través del esmalte.

El esmalte está compuesto químicamente por un 1% de matriz orgánica, un 3% de agua y un 96% de matriz inorgánica. Histológicamente, el esmalte está constituido por una unidad estructural básica conocida como el prisma del esmalte que forma la matriz extracelular mineralizada. En cambio, la zona de la periferia de la corona dental y la zona de unión esmalte-dentina, están constituidas por esmalte aprismático.

Con el paso del tiempo, el esmalte sufre un desgaste fisiológico normal, producido por las fuerzas de la masticación. Este proceso de desmineralización del diente puede verse agravado diferentes factores como, por ejemplo, el consumo de cítricos u otros alimentos o bebidas ácidas, con alto contenido de azúcares como los refrescos etc.

La desmineralización del diente aumenta la susceptibilidad del mismo a originar caries u otras patologías dentarias. Este proceso deja los dientes en ausencia de su principal capa de protección e indefensos ante el ataque de las bacterias. El metabolismo de las bacterias orales da lugar a unos productos ácidos que atacan a los dientes, de manera que sin la capa resistente de esmalte, éstos se encuentran más propensos a desarrollar caries dental.

Los especialistas de nuestra clínica dental Estudio Dental Barcelona aconsejan en estos casos insistir y tomar conciencia de la importancia que tiene el tener buenos hábitos de higiene oral diaria para mantener limpios los dientes y protegerlos del ataque de las bacterias.

Asimismo, aconsejan la utilización de pastas dentífricas fluoradas, pues el flúor es un componente que tiene propiedades antimicrobianas remineralizante del diente, de manera que, lo protegen y refuerzan su capa de esmalte. Como también, recomiendan realizar limpiezas orales profesionales en clínica dental anualmente, para poder extraer en profundidad la placa bacteriana y el cálculo que se deposita en los dientes y en la encía con el paso del tiempo. Todo ello es muy importante para poder conservar a largo plazo en el mejor estado nuestra dentadura y tener un cuidado de nuestra salud oral y general.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/esmalte-dental-composicion/

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¿En que consiste la operculitis y cuál es su tratamiento?

La operculitis hace referencia a la inflamación del tejido gingival que recubre la corona de un diente que tiene que erupcionar.  

Puede ser por causa de una mala posición del diente en erupción incompleta y muy frecuentemente localizada en los terceros molares, o también conocidas como, muelas del juicio. Esta inflamación sobre todo se presenta en adolescentes o jóvenes adultos, el género es indiferente.

El cuadro clínico de esta patología oral se presenta con un enrojecimiento de la zona de la encía del diente afectado, cursa con dolor y halitosis, es decir, mal olor del aliento. Asimismo, puede haber dolor a la apertura y al cierre mandibular, como también, el paciente puede presentar fiebre, deshidratación, dolor en el oído y las amígdalas, y tumefacción e hinchazón de la mejilla.

Tratamiento de la operculitis dental

El tratamiento indicado ante la operculitis dental es una limpieza higiénica minuciosa de la zona por parte del paciente. Para ello puede utilizar un cepillo dental suave y masajear dicha zona, eliminando las bacterias y los restos alimentarios acumulados que dan lugar a la inflamación de la zona.

El cepillado dental puede provocar sangrado que favorecerá a la limpieza e irrigación de la zona, aliviando el dolor. El odontólogo especialista se encarga de irrigar la zona con agua caliente para eliminar la posible suciedad acumulada en la zona y seguidamente, se procede a irrigar la parte interna del opérculo con antiséptico. El antiséptico más comúnmente utilizado es la Clorhexidina, que tiene muy buenas propiedades antimicrobianas y desinfectantes.

Si el opérculo supura pues, en algunos casos es necesario realizar una incisión y drenaje de la infección. El odontólogo indica la pauta de antibiótico si se sospecha y hay síntomas indicativos de infección. Es muy importante combatir la infección correctamente, pues de no solventar esta situación, la infección puede expandirse hacia otras zonas de la región orofacial o hacia la vía respiratoria.

Si el diente afectado es el tercer molar, es decir, una muela del juicio se procede a extraer el opérculo con el diente. Asimismo, en muy pocos casos, si el diente presenta operculitis de manera repetida, también se debe proceder a la extracción del mismo.

Para finalizar, es importante acudir a revisiones periódicas al dentista, para tener un control regular de las posibles anomalías que puedan aparecer en los dientes que puedan comprometer al reto de estructuras orales y a la salud en general. También es imprescindible llevar a cabo una buena rutina de higiene oral para poder prevenir cualquier tipo de patología, reducir el número de caries dental y lograr mantener en el mejor estado posible nuestra dentadura a largo plazo.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/consiste-la-operculitis-tratamiento/

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¿Qué son los quistes odontogénicos y cuál es su tratamiento?

El 90% de los quistes de los maxilares son odontogénicos, éstos se desarrollan a partir de los restos epiteliales dentales, y provocan reabsorción ósea que permite el crecimiento del quiste.

En ocasiones una recidiva del quiste en forma de infección aguda puede destruir el hueso y provocar signos externos como deformidad ósea, de desplazamiento de los dientes vecinos o movilidad dentaría. En la mandíbula, pueden desplazar progresivamente el paquete vasculonervioso dental inferior, y causar parestesia del nervio (ausencia de sensibilidad) en ciertos casos.

El crecimiento de los quistes odontogénicos es lento, y puede llegar a perforar las corticales óseas. En casos más extremos, pueden llegar a causar una asimetría facial.

El quiste odontogénico se puede presentar a cualquiera edad y no tienen preferencia según el género, por lo que pueden afectar a cualquier persona. Cabe diferenciar entre dos tipos de quistes odontogénicos, que se identifican según el método de su formación. La  OMS lo clasifica en estos dos tipos: los quistes de desarrollo, que son aquellos que proliferan de restos epiteliales bajo estímulos desconocidos y los quistes inflamatorios, que proliferan en el epitelio bajo estímulos inflamatorios.

En su inicio, los quistes odontogénicos no suelen provocar ningún dolor, son asintomáticos, por lo que suelen ser detectados en radiografías de rutina. No obstante, en los casos más graves, hay algunos que sí presentan síntomas claros como la expansión de las corticales óseas o el propio movimiento dentario.

Tratamiento de los quistes odontogénicos

El tratamiento indicado para los quistes odontogénicos es la cirugía para eliminarlo de forma completa. Esto debe ser realizado por un dentista especialista en cirugía oral o maxilofacial.

Además de destruir el hueso maxilar y de la mandíbula, el epitelio quístico puede desarrollar una lesión maligna. Por este motivo, es necesario acudir cuanto antes a un especialista cirujano oral para que valore el tratamiento más indicado.

En definitiva, existen muchas variedades de quistes bucales, la gran mayoría no suelen ser tumorales o malignos, pero sí merecen una importante atención para evitar riesgos y complicaciones que pueden significar un problema grave.

 

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/los-quistes-odontogenicos-tratamiento/

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¿En qué consiste un trauma oclusal y qué lo causa?

El trauma oclusal es un término clínico dental y que hace referencia a los daños que se producen cuando los dientes se dejan en una oclusión traumática y sin un tratamiento adecuado. Si la relación oclusal no está correctamente equilibrada puede resultar con síntomas como dolor, sensibilidad e incluso movilidad de los dientes afectados.

Evaluación del trauma oclusal

Cuando un trauma oclusal, enfermedad o tratamiento dental alteran la oclusión de un individuo mediante la eliminación o el cambio de la superficie de mordida de algún diente, los dientes del paciente estarán dispuestos de forma diferente, alterando la oclusión normal.

Cuando este cambio es perjudicial para la forma en que los dientes ocluyen (contactan), se dice que el paciente tiene un trauma oclusal. Esto puede causar un ensanchamiento del ligamento periodontal, ligamento que rodea la raíz del diente y lo protege de las fuerzas que recibe durante los movimientos propios de la masticación.

En el examen de la paciente, se evalúan los parámetros clínicos y radiográficos para valorar el papel de la oclusión en la condición del paciente. Se evalúa la movilidad de los dientes, la movilidad funcional, la presencia de inflamación inducida por placa, la cantidad de soporte periodontal restante y los signos radiológicos de oclusión traumática.

La movilidad es una medida de desplazamiento horizontal y vertical del diente creado por la fuerza del dentista. Dos instrumentos dentales se colocan en el contorno del diente, y se aplican fuerzas de fuera hacia adentro. La movilidad horizontal se evalúa mediante la comparación de un punto fijo en el diente respecto un punto fijo en el diente adyacente.

La evaluación de la movilidad funcional implica la medición de los patrones de vibración de los dientes cuando se colocan en posiciones y movimientos de contacto. Se coloca un dedo a lo largo de las superficies bucales y vestibulares de los dientes superiores, entonces al se le pide que paciente toque los dientes superiores e inferiores entre ellos y los frote realizando diferentes movimientos.

Los dientes que el paciente desplaza en estas posiciones se identifican mediante palpación. La movilidad funcional, conocida como fremitus, es una guía de la capacidad del paciente para desplazar y traumatizar los dientes.

Asimismo, se evalúa el grado de pérdida de masa ósea en relación con la longitud de la raíz. La anchura del espacio del ligamento periodontal será examinada alrededor de cada diente.

Podemos distinguir también entre trauma oclusal primario y secundario. El primario hace referencia cuando es producido por fuerzas oclusales excesivas aplicadas sobre 1 o varios dientes con soporte periodontal normal, es decir, que aún no ha sufrido perdida de soporte óseo. En cambio, un trauma oclusal secundario es aquella lesión producida por fuerzas oclusales normales o excesivas sobre 1 o varios dientes con soporte periodontal reducido.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/consiste-trauma-oclusal-lo-causa/

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Avulsión dental, ¿qué es y cómo debemos actuar?

La avulsión dental hace referencia a la caída de un diente temporal o definitivo. La causa de la avulsión dental es traumática, es decir, por un golpe, una caída accidental, la práctica de un deporte de riesgo etc.

En general, los dientes más comúnmente afectados son los incisivos centrales superiores, dientes más anteriores, así pues, más propensos a recibir todo tipo de golpe. Asimismo, es entre los 7 y 11 años de edad donde se encuentra el pico más elevado de avulsiones dentales.

La avulsión dental puede ocurrir tanto en dientes de leche como en los dientes permanentes o definitivos. La diferencia entre unos y otros, se encuentra en el tratamiento indicado en cada caso.

Cómo actuar ante la avulsión dental

Es imprescindible el factor tiempo en el éxito del tratamiento de la avulsión dental, cuanto menos tiempo se tarde en reimplantar un diente, mayor posibilidad de recuperarlo con éxito.

Un dente reimplantado en un espacio corto de tiempo, entre 30 y 120 minutos, tiene mayores posibilidades de recuperarse.

Pasos a seguir ante la avulsión dental

Ante la caída de un diente de leche o temporal, no se debe volver a reimplantar nunca, porque en ese caso podemos dañar el germen del diente definitivo que tiene que salir.

En cambio, ante la caída de un diente definitivo, es importante cogerlo por la parte de la corona, evitando no tocar la raíz dental. Una vez se tiene el diente cogido con cuidado por la corona, se puede pasar por agua del grupo durante unos pocos segundos para retirar la suciedad en el caso de que haya podido caer al suelo e infectarse.

Si es posible, reimplantarlo inmediatamente en el alveolo (lugar que ocupa el diente en boca), es el procedimiento más indicado.

Si eso no fuese posible reimplantarlo en ese momento, se debe poner el diente en un medio de conservación adecuado, que no sea agua. El diente puede ser transportado en la boca guardado en el interior de la mejilla, ya que la saliva es un buen medio de conservación, o bien, en leche (mejor si es desnatada) o en suero fisiológico.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/avulsion-dental-debemos-actuar/

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Avulsión dental, ¿qué es y cómo debemos actuar?

La avulsión dental hace referencia a la caída de un diente temporal o definitivo. La causa de la avulsión dental es traumática, es decir, por un golpe, una caída accidental, la práctica de un deporte de riesgo etc.

En general, los dientes más comúnmente afectados son los incisivos centrales superiores, dientes más anteriores, así pues, más propensos a recibir todo tipo de golpe. Asimismo, es entre los 7 y 11 años de edad donde se encuentra el pico más elevado de avulsiones dentales.

La avulsión dental puede ocurrir tanto en dientes de leche como en los dientes permanentes o definitivos. La diferencia entre unos y otros, se encuentra en el tratamiento indicado en cada caso.

Cómo actuar ante la avulsión dental

Es imprescindible el factor tiempo en el éxito del tratamiento de la avulsión dental, cuanto menos tiempo se tarde en reimplantar un diente, mayor posibilidad de recuperarlo con éxito.

Un dente reimplantado en un espacio corto de tiempo, entre 30 y 120 minutos, tiene mayores posibilidades de recuperarse.

Pasos a seguir ante la avulsión dental

Ante la caída de un diente de leche o temporal, no se debe volver a reimplantar nunca, porque en ese caso podemos dañar el germen del diente definitivo que tiene que salir.

En cambio, ante la caída de un diente definitivo, es importante cogerlo por la parte de la corona, evitando no tocar la raíz dental. Una vez se tiene el diente cogido con cuidado por la corona, se puede pasar por agua del grupo durante unos pocos segundos para retirar la suciedad en el caso de que haya podido caer al suelo e infectarse.

Si es posible, reimplantarlo inmediatamente en el alveolo (lugar que ocupa el diente en boca), es el procedimiento más indicado.

Si eso no fuese posible reimplantarlo en ese momento, se debe poner el diente en un medio de conservación adecuado, que no sea agua. El diente puede ser transportado en la boca guardado en el interior de la mejilla, ya que la saliva es un buen medio de conservación, o bien, en leche (mejor si es desnatada) o en suero fisiológico.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/avulsion-dental-debemos-actuar/

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Diferencias entre dentición temporal y permanente

En el campo de la Odontología, es muy importante tener conocimiento de las múltiples diferencias entre la dentición temporal y la definitiva. Se presentan diferencias numéricas, anatómicas como también, diferencias clínicas.

Primeramente, la dentición temporal cuenta con un total de 20 dientes, 10 en la arcada superior y 10 en la inferior: 4 incisivos, 2 caninos y 4 molares. A diferencia del total de 32 dientes que componen la dentición permanente, 16 dientes en cada arcada: 4 incisivos, 2 caninos, 4 premolares y 6 molares.

Los últimos dientes de leche que se recambian pueden estar hasta los 12 años en boca aproximadamente, los dientes permanentes, tienen durabilidad para toda la vida de la persona, pero depende del cuidado oral que cada uno lleve a cabo.

En cuanto al color que presentan unos y otros, los dientes de leche destacan por el color blanco lechoso. En cambio, los dientes permanentes varían desde las tonalidades grises hasta las amarillas y marrones, dependiendo de los cuidados orales y los hábitos alimentarios de cada uno (fumar, beber mucho café, vino, ciertos medicamentos etc.).

En términos anatómicos, los dientes de leche presentan una corona y raíz de menor longitud, tamaño y volumen en comparación a los definitivos. Presentan una corona corta en proporción a la raíz, y ésta tiene una forma arqueada. En cambio, los dientes permanentes presentan una corona de mayor proporción a la raíz, y ésta tiene una forma más piramidal.

La dentición temporal, presenta una menor calcificación de los minerales que componen el diente en comparación a los permanentes, que tienen una mayor composición mineral. Asimismo, las capas de esmalte y dentina de los dientes de leche son de menor espesor que en los dientes definitivos, ganando mayor resistencia frente al desgaste durante la masticación.

Por último, destacar que a diferencia de la dentición temporal que presenta espacios entre diente y diente, y el contorno cervical del diente (zona de emergencia desde la encía) es un poco plano, la dentición permanente no presenta espacios fisiológicos entre diente y diente, como también, el contorno cervical es más notorio y ondulado.

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/diferencias-denticion-temporal-permanente/

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Movimientos de la mandíbula y posibles problemas

Los movimientos que realiza la mandíbula son múltiples, incluye los siguientes: movimientos de apertura y cierre, de lateralidad, de protrusión (hacia adelante) y de retrusión (hacia atrás).

Estos movimientos se llevan a cabo mediante unos movimientos de rotación y traslación que realizan una trayectoria a través del cóndilo mandibular y los dientes incisivos, guía condilea y guía incisiva respectivamente, con un previo descenso mandibular.

El movimiento de apertura y cierre se divide en dos fases. La primera fase consta de un movimiento de rotación de los cóndilos mandibulares hasta que se separan los dientes superiores e inferiores. Seguidamente, la segunda fase es un movimiento de traslación, cuando una vez la mandíbula supera los 26 mm de apertura aproximadamente.

El movimiento de protrusión mandibular consiste en el movimiento de la mandíbula desde la posición de máximo contacto entre los dientes superiores e inferiores (posición de máxima intercuspidación) y se desplaza hacia adelante. Durante este movimiento, las muelas no contactan.

La posición final obtenida, conocida como posición borde a borde de los incisivos (dientes más anteriores), se utiliza para cortar ciertos alimentos y seguidamente, ser transferidos al sector posterior para que sean triturados por las muelas.

El movimiento de retrusión mandibular es el movimiento que va desde la posición de máximo contacto entre los dientes superiores e inferiores (posición de máxima intercuspidación), hacia atrás.

En cuanto a los movimientos de lateralidad, el lado hacia el cual se dirige la mandíbula recibe el nombre de lado de trabajo, y el opuesto, lado de no trabajo. Durante este movimiento la mandíbula se desplaza hacia un lado, mientras que el cóndilo mandibular del lado opuesto realiza un movimiento de traslación hacia delante, abajo y adentro.

Es muy interesante, tener conocimiento acerca de los diferentes movimientos que realiza la mandíbula, ya que la presencia de síntomas de dolor o ruidos como “clicks” u otros, durante la realización de éstos, puede ser indicio de alguna patología articular o mandibular que debe ser diagnosticada y debidamente tratada por parte de los especialistas en Oclusión y articulación temporomandibular.

 

FUENTE: https://estudidentalbarcelona.com/movimientos-la-mandibula-posibles-problemas/