Publicado el

Qué hacer si el niño se da un golpe en un diente de leche

Definimos traumatismo como aquella lesión corporal producida por una acción mecánica externa. Pura física newtoniana aplicada a los maxilares de nuestras tiernas criaturas. En este artículo explicaremos brevemente los tipos de traumatismos dentales y qué hacer en ese caso. Lo hemos dividido según sea dentición temporal o permanente (spoiler, aunque todas son ovejas, no mezclemos churras con merinas).

Lo fundamental en los dientes de leche es que, debajo de nuestro pobre diente traumatizado, está el germen del diente definitivo, en diferentes estadios de desarrollo, y es éste el que procuraremos preservar a toda costa. A fin de cuentas, es el que deberá usar hasta los 85 años según la esperanza de vida actual.

Otro condicionante es la edad del niño. Primero por el grado de cooperación que pueda tener en un momento que precisa atención urgente, y por otro, por la perspectiva de duración en boca del diente afectado. No es lo mismo un golpe en un incisivo a los 6 años que a los 2.

Existen diferentes tipos de traumatismos:

Traumatismos que no precisan atención urgente

Concusión. Es el típico “golpe”, no hay movilidad ni desplazamiento de la pieza, dolor de intensidad variable (según el nivel de tolerancia individual). El único cuidado que precisa es dieta blanda mientras siga molestando.

Subluxación. Puede presentarse sangrado en la encía; el dolor y la movilidad son mayores que en el caso de la concusión.

Fractura de esmalte / esmalte y dentina. Ocurre cuando el golpe provoca la pérdida de parte del diente, en mayor o menor grado. Si no veis un punto rojo en el diente podéis diferir la visita al dentista un par de días, hasta que se pase el susto. Según el grado de rotura precisará un pequeño limado (para no dañar labios y lengua) o reponer lo perdido.

Avulsión. El rey de los traumatismos, el que a los padres pone los pelos de punta… Es la pérdida total de la pieza dentaria debido al golpe. Es muy aparatoso, pero la única precaución que han de tener los padres es mirar el diente para comprobar que esté entero; y contar cuántos quedan en boca. Al ser traumatismos de intensidad mayor suelen afectar a varios dientes, y no queremos sorpresas. La herida se puede comprimir con unas gasas estériles durante unos minutos y evitar que el niño escupa fuerte para permitir una buena cicatrización. Y darle un helado, más con estos calores; el frío es un potente antiinflamatorio.

Los dientes de leche, nunca, jamás de los jamases se deben reimplantar. Existe riesgo de infección, pero fundamentalmente se produce una reacción llamada cementosis, por la que el diente queda “pegado” al hueso, impidiendo o dificultando su posterior exfoliación y recambio por el definitivo.
Traumatismos que precisan atención urgente

Son las situaciones en las que debéis actuar lo antes posible, buscando atención especializada por parte de un odontólogo; si vais al hospital lo único que podrán hacer es prescribir analgésicos.

Intrusión. El golpe provoca que el diente “se hunda” en el hueso. Es el traumatismo con mayor potencial para dañar al permanente, dependiendo de lo que se haya hundido en el alvéolo.

Extrusión. Lo contrario del anterior, el diente “se sale” del alvéolo, hay desplazamiento parcial. Produce interferencias al morder o cerrar la boca, y esto produce mucho dolor, nunca se debe dejar así. En ocasiones se puede “recolocar” el diente, pero debe hacerlo un profesional porque una mala reposición condiciona su viabilidad y puede dañar al germen del permanente.

Fractura coronal. La corona es la parte del diente que “se ve”, a diferencia de lo que hablamos anteriormente, en este caso la pérdida de sustancia dental afecta a la pulpa, el famoso “nervio” que tantas malas noches da… Veréis un punto rojo en la zona de rotura, incluso una pequeña hemorragia (no asustarse, he dicho pequeña). Duele mucho, así que hay que tratarlo sin demoras. En este caso evitar el helado, hielo, etc.

Traumatismos de tejidos blandos

Suelen ir de la mano de los anteriores: lengua, labios, encía, etc. Son muy aparatosos, sangran mucho, el niño llora y los padres se asustan. Calma porque son pocos los que acaban necesitando sutura. Procurar limpiarlos, al menos con agua fresca o clorhexidina si tenéis a mano, y un poco de compresión con gasas (si el niño se deja). Intentad no tirar demasiado de la zona dañada para no reabrir las heridas y paciencia. En pocos días estará cicatrizado y como nuevo.

Noticia de elpais.com

FUENTE: http://dentalista.es/web/art%C3%ADculos/diente-2/