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¿Has oído hablar de los niños con ‘dientes de tiburón’?

A pesar de la espectacularidad de la situación, no es un problema grave y afecta a uno de cada diez niños; pero cuando las piezas de leche y las permanentes coinciden, es recomendable hacer una visita al dentista.

Lisa tiene casi siete años y los dos únicos dientes que han abandonado su boca se los sacó la dentista con decisión y una pequeña dosis de espray anestésico. ¿Por qué? Los incisivos inferiores de esta estudiante de 1º de Primaria erupcionaron antes de que se cayeran los de leche, creando así una curiosa doble fila de dientes que llevó a su madre a llamar con urgencia a la clínica.

No es algo grave, pero después de revisar la dentadura de la pequeña, la especialista decidió sacar las piezas de leche. Pasaron los meses y los dientes definitivos de la pequeña están colocados perfectamente en su sitio. La lengua ha hecho todo el trabajo.

A pesar de la espectacularidad de la situación tener ‘dientes de tiburón’ es algo bastante frecuente en los niños y uno de cada diez experimenta esta singularidad sin que sus padres ni siquiera se percaten. Pero siempre, lo mejor, es consultar el dentista.

La licenciada en Odontología Ana Belén Esteban asegura que «es recomendable acudir al odontólogo en cuanto se detecta la presencia de un diente en segunda fila para que sea valorado por las posibles consecuencias que podría tener». «Cada dentadura es un mundo», pero gracias a su experiencia personal (dirige la Clínica Esteban Salamanca en la villa segoviana de Cuéllar desde hace casi dos décadas), «en la mayoría de los casos se suele exodonciar el diente temporal para permitir el correcto posicionamiento del diente definitivo».

Pero, ¿qué propicia esta situación? La doctora Esteban explica que puede haber varias causas: «Puede ser porque no exista suficiente espacio para la erupción del diente definitivo, porque el diente definitivo lleva una dirección de erupción diferente y no reabsorbe la raíz del diente temporal provocando así la no caída de éste o también, aunque menos frecuente, por anomalías genéticas por la presencia de un diente supernumerario, es decir, un diente extra que aparece en esa posición».

Se cual sea la causa, esta especialista destaca que gracias a que «cada vez hay más educación en salud dental y es más frecuente que los padres acudan al odontólogo para pedir una valoración» este tipo de situaciones se suelen solucionar rápidamente.

El chupete, hasta los 3 años máximo

Siempre que hablamos de dientes y niños cabe recordar que «la primera visita al dentista debe ser a partir del año, aunque no esté completa la erupción de toda la dentición temporal, como antiguamente se aconsejaba, porque cada vez aparecen problemas dentales en edades más tempranas que es necesario prevenir o tratar», afirma la doctora Esteban.

«El uso del chupete, concluye la especialista, no es perjudicial para la dentición siempre que se retire antes de los 3 años. Su uso más allá de esa edad provoca malposiciones dentarias y maloclusiones como mordida abierta, mordidas cruzadas… y a veces por un uso inadecuado impregnándolo en miel o azúcar las llamadas caries del biberón».

 

FUENTE: http://www.elnortedecastilla.es/padres-hijos/bebes/oido-hablar-ninos-20170716083149-ntrc.html