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El hombre que devolvió la sonrisa a la humanidad

(Foto: Cortesía de Nobel Biocare).

El descubrimiento de la osteointegración, realizado por el Dr. Per-Ingvar Brånemark a comienzos de la década de 1950, fue un hito en la medicina y la odontología que ha transformado la vida de millones de personas en todo el mundo.

El profesor Brånemark, fallecido a los 85 años de un ataque al corazón el 20 de diciembre pasado en Gotemburgo (Suecia), estudió estudió cirugía ortopédica en la Universidad de Lund y fue profesor de Anatomía en la Universidad de Gotemburgo. Comenzó su carrera de investigador estudiando el papel que juega el flujo sanguíneo en la reparación de las fracturas óseas, específicamente el proceso de regeneración entre la sangre y la médula ósea después de un accidente.

El estudio que convertiría a Brånemark en el “padre de la implantología” comenzó en 1952, cuando colocó cámaras ópticas protegidas con titanio puro en la tibia de conejos. Las cámaras consistían en un tubo de titanio con lentes y luz en ambos extremos, que estaban conectadas a un microscopio. Como eran caras, una vez finalizado el estudio Brånemark quiso recuperar las cámaras. La gran sorpresa del estudio fue que el hueso se había soldado a la superficie del titanio con tanta fuerza que no podían separarse.

El Dr. Brånemark denominó “osteointegración” al proceso mediante el cual el hueso se une a nivel celular y molecular con el titanio, y sus investigaciones se concentraron a partir de entonces en la utilización de titanio para tratamientos de rehabilitación oral. La teoría convencional era que la introducción de cualquier material extraño causaba primero inflamación y después el rechazo del cuerpo. El titanio probó ser la excepción a esta regla.

El primer paso fue realizar amplios estudios para comprobar la seguridad de los implantes. Brånemark reclutó a un grupo de estudiantes de su laboratorio, a los que se les colocaron pequeños tornillos de titanio en el tejido blando de los brazos bajo condiciones cuidadosamente controladas. Los resultados fueron positivos.

Sin embargo, convencer a los odontólogos de que el titanio se fusionaba naturalmente con el hueso en el organismo fue una labor larga y ardua, especialmente con las organizaciones odontológicas suecas, ya que Brånemark no era dentista. Tanto así, que la Junta Nacional de Salud sueca no aprobó el uso limitado de los implantes hasta 1975.

El primer paciente

Desde un principio, la meta de Brånemark fue siempre ayudar a los pacientes más desvalidos, aquellos que sufrían de graves trastornos médicos y dentales.

El investigador colocó por primera vez implantes para soportar prótesis completas a pacientes totalmente edéntulos o inválidos orales. Los pacientes así rehabilitados usaban prótesis completas cómodas y recuperaron la sensación de masticar. Además, podían comer una variedad más amplia de alimentos, masticar bien, digerir mejor que antes y sentirse seguros de que las dentaduras no se les iban a salir de la boca en un momento inoportuno.

El primer paciente a quien el Dr. Brånemark colocó un implante dental de titanio en 1965 fue Gösta Larsson, un hombre con paladar hendido y edéntulo en la mandíbula inferior. La rehabilitación oral con cuatro implantes permitió al paciente utilizar una prótesis fija hasta su fallecimiento en 2006.

Treinta años después de que iniciara sus investigaciones, el Dr. Brånemark obtuvo un amplio reconocimiento al presentar y explicar los fundamentos científicos y el protocolo de la osteointegración durante la Conferencia de Toronto sobre Osteointegración en Odontología Clínica en 1982.

La conferencia, organizada por el profesor George Zarb, de la Facultad de Odontología de Toronto, legitimó las investigaciones presentadas, destacando la “importante contribución de Brånemark a la implantología dental y su exhaustiva documentación del éxito a largo plazo de los implantes de titanio en estudios en animales y humanos”.

Poco después, se formó la Academia de Osteointegración, que en 1986 publicaría el primer número de la revista “International Journal of Oral and Maxillofacial Implantology”.

La investigación presentada por Brånemark marcó el comienzo de una nueva era en la odontología, confiriendo por primera vez a los dentistas la capacidad de reemplazar dientes naturales de forma predecible y permanente.

Tras el éxito del Dr. Brånemark, otros comenzaron investigaciones y estudios para ampliar el uso de los implantes dentales a puentes fijos, dentaduras parciales removibles, prótesis híbridas y dientes individuales. Muchas compañías se concentraron en demostrar la estabilidad y predecibilidad de los implantes. La investigación actual indica que un implante dental utilizado para reemplazar un solo diente puede durar toda su vida y la tasa de éxito es superior al 90%.

Brånemark fue uno de los primeros científicos en reparar en la importancia que tiene la boca para todo el organismo humano, siendo uno de los pioneros en el campo de la salud y el bienestar total. Igualmente, fue uno de los grandes impulsores de la odontología basada en la evidencia científica que requiere que todos los nuevos productos y técnicas se basen en investigaciones sólidas y en resultados predecibles.

La compañía sueca Nobel Biocare fabrica y distribuye el sistema de implantes dentales del Dr. Brånemark. El investigador trabajó también durante mucho tiempo en Brasil, donde varias instituciones llevan su nombre.

Las aplicaciones de los implantes de titanio se han extendido mucho más allá de la odontología, y actualmente la osteointegración se utiliza desde hace años en medicina, especialmente en ortopedia, y veterinaria. El propio Brånemark desarrolló implantes para personas con amplias lesiones faciales y para quienes necesitaban audífonos externos.

El investigador fue galardonado con el Premio Soderberg de la Sociedad Sueca de Medicina (llamado el mini Nobel), la medalla de la Academia Sueca de Ingeniería (por sus innovaciónes técnicas), la Escuela de Medicina Dental de Harvard o la Sociedad Real de Medicina del Reino Unido. Fue nombrado Doctor Honoris Causa por más de treinta universidades, entre ellas la Andrés Bello de Chile y la Universidad Europea de Madrid.

En 1989, el profesor Brånemark fundó el Centro Brånemark Osteointegración (BOC) en Gotemburgo, la primera de una red de clínicas internacionales especializadas en la colocación de implantes dentales.

FUENTE: http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/21571_el_hombre_que_devolvio_la_sonrisa_a_la_humanidad.html

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Pocos dentistas usan un dique dental en el tratamiento del conducto radicular

(Foto: Filip Obr/Shutterstock).

El uso de un protector dental durante el tratamiento del conducto radicular es algo recomendado para mejorar la seguridad del paciente y optimizar las posibilidades de éxito del tratamiento. Sin embargo, un nuevo estudio halló que sólo el 47% de los dentistas estadounidenses utiliza siempre un protector dental.

En la encuesta, realizada por la National Dental Practice-Based Research Network, se preguntó a 1490 dentistas generales sobre el uso del protector bucal mediante un cuestionario anónimo. Sólo el 47% de los dentistas usan siempre un protector dental durante el tratamiento del conducto radicular, y un 17% adicional lo usa el 90-99% del tiempo.

Aunque el uso de un protector dental durante todo el tratamiento de conducto radicular es considerado el estándar de atención en los libros de texto de odontología y la Asociación Americana de Endodoncia lo recomienda, la encuesta indica una variación sustancial en las actitudes sobre su uso.

Algunos dentistas se preguntan si la evidencia científica es lo suficientemente fuerte como para demostrar que el uso dique dental es la única forma de mejorar las probabilidades de éxito del tratamiento, mientras que otros dijeron que utilizan otras formas que consideran seguros y efectivas para aislar el diente que van a tratar.

“La creencia de que el uso dique dental es un inconveniente, consume mucho tiempo, no es eficaz, no es fácil de colocar o afecta a factores de los pacientes se asociaron de forma independiente y significativa con el menor uso de un protector dental”, declaró el Dr. Gregg Gilbert, profesor y presidente de la Departamento de Ciencias Clínicas y Comunitarias en la Escuela de Odontología de la Universidad de Alabama (UAB). “Estas actitudes explican por qué existe una discordancia importante entre presuntas normas de atención y la práctica real”.

En general, los resultados del estudio ponen en duda la existencia de una norma común en este aspecto de la atención dental, dado que la mayoría de los dentistas generales no siguen esa norma.

Sin embargo, los dentistas que respaldan el uso de un protector dental en todos los casos defendieron fuertemente su uso. Estos animan a los pacientes a convertirse en defensores de su propio cuidado y pedir que se utilice siempre un dique dental durante el tratamiento del conducto radicular.

La Red Nacional de Investigación Dental Basada en la Práctica, con sede en la Universidad de Alabama en Birmingham, es un consorcio de proveedores de servicios y organizaciones dentales que realizan estudios para informar sobre la toma de decisiones clínicas. Fundada en 2002, la red incluye a cerca de 4.000 odontólogos y 750 clínicas.

Los resultados del estudio, titulado ” Discordance between presumed standard of care and actual clinical practice: The example of rubber dam use during root canal treatment in the National Dental Practice-Based Research Network”, fueron publicados en línea el 9 de diciembre en la revista BMJ.

FUENTE: http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/27068_pocos_dentistas_usan_un_dique_dental_en_el_tratamiento_del_conducto_radicular.html

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La mayoría de los odontólogos tienen problemas de espalda

(Foto: Anna Jurkovska / Shutterstock).

El dolor lumbar es la queja más frecuente de los dentistas.

Un estudio llevado a cabo en Arabia Saudita ha confirmado que los dentistas tienen alto riesgo de sufrir dolor de hombros, cuello y espalda debido a que adoptan posiciones estáticas y extrañas cuando trabajan.

En el estudio, 60 dentistas, tanto hombres como mujeres, con una edad media de 25,7 completaron un cuestionario anónimo sobre el dolor en la parte baja de la espalda.

Alrededor del 70 por ciento de los participantes se quejaron de dolor de espalda y dolor en la parte baja de la espalda que predomina en casi el 48 por ciento de los casos. Más de la mitad de los dentistas en el estudio (57 por ciento) trataban a de uno a tres pacientes al día.

Según los investigadores, la literatura sugiere que algunos factores asociados con el dolor de espalda son la edad del dentista, el número de pacientes tratados por día y el tipo de casos atendidos. Sin embargo, el estudio halló que la incidencia de dolor de espalda no se correlacionaba con los años de experiencia, con el número de pacientes tratados o el número de horas trabajadas por día.

El estudio indicó además que sólo el 17 por ciento hace ejercicio durante los períodos de descanso, aunque el 57 por ciento tomó periódos de descansos durante horas de trabajo. Según los investigadores, esta es una de las principales preocupaciones con respecto a la alta incidencia de trastornos musculoesqueléticos de origen laboral entre los dentistas.

Los investigadores afirman que el dolor de espalda relacionado con el trabajo en los dentistas, podría atribuirse al desequilibrio entre la baja espalda y los músculos abdominales que se produce cuando se está en sentado. Además, la repetida inclinación hacia el paciente puede producir una tensión y esfuerzo excesivo de los músculos de la espalda baja, mientras que los músculos abdominales profundos de estabilización se vuelven más débiles.

Si bien un 63 por ciento de los participantes del estudio era consciente de que el uso de herramientas podría mejorar la postura, sólo el 40 por ciento utiliza estos dispositivos.

Muchos de los dentistas en el estudio informaron que sufrían de dolor de espalda baja, pero sólo el 9,5 por ciento se quejó de un dolor intenso y más del 90 por ciento describió el dolor como de leve a moderadamente intenso. “Creemos que esta puede ser la razón por la que la mayoría de los dentistas no consulta con un cirujano ortopédico o fisioterapeuta sobre sus problemas de espalda”, declararon los investigadores.

Se recomienda practicar la relajación y hacer ejercicios de estiramiento durante los descansos para reducir al mínimo el riesgo de trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo, así como para mejorar la postura mientras se trabaja.

El estudio, titulado “Prevalence of and risk factors for low back pain among dentists”, fue publicado en 2015 en el Journal of Physical Therapy Science y se llevó a cabo en la Universidad Rey Abdulaziz de Arabia Saudita.

FUENTE:http://www.dental-tribune.com/articles/news/latinamerica/27502_la_mayora_de_los_odontologos_tiene_problemas_de_espalda.html